“Thomas & Friends: King of the Railway” es una película que se posiciona dentro de la franquicia con una apuesta por un tono más narrativo y de misterio que, en general, resulta interesante y, a la vez, un poco arriesgada. Si bien no alcanza la grandilocuencia que algunos fans podrían esperar, la película ofrece una experiencia visualmente atractiva y un ritmo sostenido que, en su mayoría, mantiene al espectador enganchado, especialmente a los más jóvenes que se identifican con estos personajes.
La dirección de Ben Blake se nota en la elaboración de los escenarios y la puesta en escena. La Isla de Sodor se presenta de forma cuidada y rica, con paisajes vibrantes y detalles que le otorgan un encanto palpable. El uso de la cámara, a pesar de no ser particularmente innovador, es funcional y sirve para resaltar la belleza natural de la isla y los elementos clave de la trama. Sin embargo, en algunos momentos, la sobrecarga de efectos visuales podría haber sido moderada para mantener una estética más limpia y menos artificiosa.
El grueso del mérito de la película reside en sus interpretaciones. Mark Moraghan, como siempre, es perfecto como Thomas, transmitiendo con naturalidad sus emociones, su inseguridad y su espíritu emprendedor. Martin Sherman, con su Sir Robert Norramby, aporta un toque de amenaza y sofisticación al personaje, lo que le da profundidad a la trama. La actuación de David Bedella, que interpreta al General McAllister, es particularmente destacable. Su Sir McAllister es un villano con un carisma innegable, que no cae en los clichés del malvado. Jonathan Forbes, con su papel de el Guardián, añade una capa de misterio y solemnidad a la historia. Las voces están especialmente bien adaptadas a los personajes, reforzando su personalidad.
El guion, sin embargo, es donde la película presenta sus mayores limitaciones. Si bien la trama del castillo en ruinas y el descubrimiento de un tesoro escondido es un clásico y válido para la franquicia, la ejecución no siempre es la más brillante. Hay momentos de ritmo rápido y otros, en los que la historia se alarga innecesariamente. La resolución, a pesar de ser satisfactoria, podría haber sido más elaborada y sorprendente. Se intenta introducir elementos de suspense y misterio, pero la complejidad se ve reducida por la simplicidad inherente a la audiencia infantil.
En definitiva, “Thomas & Friends: King of the Railway” es una película recomendable, especialmente para los amantes de la franquicia y los niños que disfrutan de las aventuras de estos personajes. No es una obra maestra cinematográfica, pero ofrece entretenimiento, visualmente atractiva, con buenas interpretaciones y un ritmo pausado. Puede ser un buen punto de partida para hablar con los niños sobre temas como la amistad, la perseverancia y el valor del trabajo en equipo. Es una película que, en resumen, cumple su función de divertir y contar una historia familiar.
Nota: 6.8/10