Ti amo in tutte le lingue del mondo (2005)

“Ti amo in tutte le lingue del mondo” (Te amo en todos los idiomas del mundo), la nueva comedia de Leo Pieraccioni, es un ejercicio de optimismo italiano que, aunque no alcanza la perfección, ofrece un entretenimiento agradable y una reflexión, a veces fugaz, sobre la complejidad de las relaciones humanas. Pieraccioni, con su inconfundible carisma y su habilidad para transformar la banalidad en humor, vuelve a ser el centro de la narración, interpretando a Gilberto, un profesor de educación física algo torpe y profundamente solitario, cuya vida da un vuelco con la repentina aparición de Margherita.

La película se mueve en un terreno cómodo para el espectador, construyendo una trama sencilla pero efectiva. La dinámica entre Gilberto y Margherita, inicialmente basada en una admiración mutua, se complica por la presencia de Paolina, interpretada con una sorprendente fuerza por Carlotta Antonelli, y su propia atracción por el profesor. Esta intrincada red de afecto e interés juvenil, salpicada de chistes torpes y situaciones embarazosas, es el motor principal del argumento. Sin embargo, la película, a veces, se queda en la superficie, utilizando las situaciones para generar risa sin profundizar en las motivaciones subyacentes de los personajes. La complejidad emocional podría haberse explorado con mayor profundidad, pero la búsqueda constante del humor a menudo eclipsa las emociones genuinas.

La dirección de Pieraccioni, como es habitual, es segura y competente. Se centra en la comedia física y el diálogo rápido, utilizando el entorno del instituto como telón de fondo para crear momentos cómicos genuinos. La química entre Pieraccioni y Panariello, que interpreta a un ex-alumno divertido y excéntrico, es particularmente notable, y sus interacciones aportan un alivio cómico valioso al ritmo de la película. Rocco Papaleo, en un papel secundario, complementa la narrativa con su habitual encanto y sabiduría, añadiendo un toque de autenticidad. La banda sonora, aunque no destaca particularmente, contribuye a la atmósfera general, evocando un sentimiento de nostalgia y optimismo italiano.

Sin embargo, la película no está exenta de defectos. Algunos diálogos resultan un tanto artificiosos, y la resolución de la trama, aunque satisfactoria, carece de la sutileza que podría haberla elevado. La película se basa, en gran medida, en la comedia de situación, y a veces, el humor se siente forzado o derivativo. No obstante, la autenticidad de las actuaciones, el carisma de Pieraccioni y la cálida atmósfera general compensan en parte estas deficiencias. Es una película ligera, agradable y, sobre todo, una celebración del amor y la esperanza, incluso en sus formas más inesperadas. Ofrece una visión optimista de la vida, que, en tiempos difíciles, puede resultar reconfortante.

Nota: 7/10