Tiburón 3 (1983)

“Tiburón 3” (Jaws 3D) es una película que, inevitablemente, se mide contra sus predecesoras, una tarea en la que, lamentablemente, no alcanza la altura de la original o incluso de la segunda entrega. La premisa, un gigantesco tiburón blanco que ataca un nuevo parque acuático llamado 'Carcharodon', es, en principio, lógicamente atractiva, ofreciendo una oportunidad para explorar el miedo a lo desconocido en un entorno familiar y aparentemente seguro. Sin embargo, la película, estrenada en 3D, cae en un conjunto de decisiones creativas que, en última instancia, la desluce y la convierten en una experiencia más desconcertante que emocionante.

Dirigida por Steven Spielberg, pero producida principalmente por Robert Zemeckis, “Tiburón 3” se siente como una película con mucha tecnología, pero poca alma. La implementación del 3D es notablemente pobre; la profundidad y el efecto visual, a menudo, se sienten forzados y artificiales. En lugar de sumergir al espectador en la acción, se nos bombardean con efectos especiales que resultan más distractores que impactantes. El resultado es una experiencia visual que, en mi opinión, resta realismo y tensión a las secuencias de ataque del tiburón.

Las actuaciones son decentes, pero no se destaca ningún personaje en particular. Brandon Lee, quien lamentablemente falleció poco después del rodaje, interpreta a un joven buzo que debe enfrentarse al tiburón. Su participación, aunque deseable para darle un nuevo elemento a la historia, se siente un tanto forzada y su personaje no recibe el desarrollo que merecía. Julián Sands, como el oficial de policía, ofrece una actuación competente, pero su papel es más bien secundario. El resto del reparto es sumamente limitado.

El guion, escrito por Spielberg, Zemeckis y Michael Graziadei, es lo más débil de la película. Se basa en clichés del género, presenta diálogos torpes y la trama avanza con una lógica cuestionable. Las situaciones de peligro se presentan de forma predecible y los intentos por añadir suspense son, en muchos casos, deslucidos. La película intenta integrar elementos de ciencia ficción, como la investigación del origen del tiburón mediante un sonar, pero estas ideas no se exploran adecuadamente y terminan siendo un añadido innecesario.

A pesar de las ambiciones tecnológicas y la presencia de Spielberg, “Tiburón 3” es una película que se siente como un ejercicio de franquicia más que una contribución genuina al género del terror. Su éxito comercial fue, sin duda, importante, pero en términos de calidad cinematográfica, queda muy lejos del impacto que tuvieron las primeras dos entregas. Se aprecia la intención de Spielberg de reinventar el terror, pero la película, en general, se siente como un intento fallido de mantener la llama encendida en una saga que, en su mejor momento, fue verdaderamente aterradora.

Nota: 5/10