Tideland (2005)

(EN) · Fantasía, Drama, Suspense, Ciencia ficción · 2h 2m

Las ardillas hacían que pareciera menos solitario.

Póster de Tideland
Media
2.0 /10

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Sinopsis

¿Qué ha empujado a Jeliza-Rose a trasladarse desde Los Angeles a una granja tejana? ¿Por qué su padre, ex guitarrista de rockabilly, ya no le habla? ¿Y quién hace todo ese ruido en el ático? Jeliza-Rose huye de su cruel infancia, dejándose arrastrar por su viva imaginación, para configurar así un mundo ficticio en el que las luciérnagas tienen nombre, los hombres de barro despiertan al atardecer, tiburones monstruosos nadan por las vías del tren y cabezas seccionadas de Barbies comparten sus aventuras.

Ficha técnica

Título original

Tideland


Estreno



Idioma original

EN


Dirección

Guionista

Jeremy Thomas, Gabriella Martinelli


Reparto principal de Tideland

Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Tideland.

Tráiler Oficial

Ver tráiler oficial de Tideland

Críticas de la película

Opiniones reales de usuarios que han visto Tideland. Consulta sus valoraciones y comentarios.

Beatriz Correa
⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐ (6.6/10)

“Tideland” de Terry Gilliam es una película que no se puede simplemente *ver*, sino que se *experimenta*. Es una obra perturbadora, hipnótica y profundamente desconcertante, un viaje alucinatorio que se aferra a la memoria fragmentada de una infancia tormentosa y se proyecta sobre un paisaje rural, árido y casi opresivo. La película, ambientada en una granja tejana, se presenta como el punto de partida de una evacuación, la huida de Jeliza-Rose de su pasado y, por extensión, de una realidad que le resulta insoportable. La curiosidad por saber qué la empujó a esta decisión inicial es, sin duda, el motor principal de la narrativa.

Terry Gilliam despliega su peculiar estilo visual en cada fotograma. La cámara se mueve de forma errática, utilizando encuadres extraños y perspectivas inusuales que contribuyen a crear una atmósfera de constante disorientación. La paleta de colores, dominada por tonos apagados y terrosos, resalta la desolación del entorno y se contrasta con las explosiones de color que se revelan en el mundo imaginario de Jeliza-Rose. Estas fantasías, que incluyen criaturas mitológicas, animales fantásticos y un horror grotesco, no son meras escapadas, sino manifestaciones del trauma subyacente que intenta reprimir. Gilliam utiliza la fantasía como una estrategia de supervivencia, un refugio precario donde el niño, ahora adulta, puede volver a controlar su destino, aunque sea ilusoricamente.

El guion, escrito por Gilliam y Jonze, es el corazón palpitante de la película. Es ambiguo, abierto a múltiples interpretaciones y, a menudo, incómodo. La relación entre Jeliza-Rose y su padre, un ex guitarrista de rockabilly que aparentemente ya no le habla, es fundamental. No se explican las razones de esta incomunicación, pero se percibe una profunda herida que alimenta la necesidad de Jeliza-Rose de construir su propio universo, donde puede recuperar el control. El personaje de la vecina, una mujer enigmática que parece ser el catalizador de algunos de los eventos más perturbadores, añade otra capa de misterio a la trama. No se nos da una explicación directa de sus motivaciones, lo que obliga al espectador a sacar sus propias conclusiones.

Las actuaciones son magníficas. Elaine Cassidy ofrece una interpretación magistral de Jeliza-Rose, transmitiendo con sutileza la fragilidad emocional del personaje y su lucha interna. Su mirada, a menudo vacía y melancólica, sugiere una profunda tristeza y un deseo de escape. Richard Jenkins, como el padre, entrega una actuación igualmente poderosa, capturando con maestría la frialdad y el distanciamiento que caracteriza a su personaje. Aunque la película se centra en la experiencia de Jeliza-Rose, los personajes secundarios, aunque brevemente presentes, también contribuyen a crear un entorno creíble y, a su vez, perturbador. “Tideland” es, en definitiva, una película que exige una atención plena, una voluntad de dejarse llevar por su peculiaridad y, quizás, de confrontarse con sus propios miedos y fantasías.

Nota: 8/10

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