Tiempo (2021)

“Tiempo” es un thriller psicológico que, a pesar de su premisa audaz y potencialmente impactante, termina siendo una experiencia más frustrante que gratificante. La película, dirigida por Martin Butler, se basa en un concepto original: una familia que escapa a una playa paradisíaca y, sin saberlo, se enfrenta a una maldición que les obliga a experimentar todo el día como si fuera la última de sus vidas. La idea, en principio, promete una reflexión sobre el tiempo, el valor de los momentos y la fragilidad de la vida, pero la ejecución, en gran medida, se queda corta.

La dirección de Butler se centra en la atmósfera. La cinematografía es exquisita, capturando la exuberancia del paisaje tropical con una paleta de colores vibrantes y una iluminación natural que evoca la sensación de un paraíso idílico. Sin embargo, esta belleza visual se convierte en una máscara que oculta la debilidad del guion. La trama avanza a un ritmo lento y deliberadamente pausado, que a menudo se convierte en tedioso. Se pierde en detalles innecesarios y en diálogos forzados que, lejos de profundizar en las emociones de los personajes, las sirven para extender el tiempo de la película sin aportar valor narrativo.

El reparto ofrece actuaciones sólidas, pero las limitaciones del guion impiden que puedan desplegar todo su potencial. Joel Edgerton, como el marido, transmite una angustia palpable ante la inexorable pérdida del tiempo, pero sus esfuerzos se ven empañados por la falta de profundidad en su personaje. Jessica Lange, interpretando a la esposa, es convincente en su desesperación, pero su papel se centra principalmente en reaccionar a lo que ocurre, sin que se explore su interior con mayor detalle. La hija, interpretada por Rachel Weisz, aporta un toque de inocencia y vulnerabilidad que, en algunos momentos, logra destacar, aunque su arco narrativo se siente superficial.

El guion es, sin duda, el mayor problema de la película. La construcción del misterio inicial es intrigante, pero la resolución, cuando llega, es poco satisfactoria y carente de impacto emocional. Se presenta una explicación lógica, pero que no justifica la experiencia vivida por los personajes ni genera un debate filosófico significativo sobre el tiempo. La película plantea preguntas interesantes, pero no las responde con la fuerza y el rigor que merecen. Se siente como una oportunidad perdida, un experimento cinematográfico que, en lugar de ofrecer una experiencia reflexiva, se conforma con una mecánica de suspense convencional.

A pesar de la belleza visual y las actuaciones correctas, “Tiempo” es una película decepcionante. Su premisa es sólida, pero el guion, la dirección y la falta de profundidad en los personajes la convierten en una experiencia superficial y poco memorable. Es una película que, en lugar de quedarse con el espectador, lo deja con la sensación de que se ha perdido el tiempo.

Nota: 5/10