Timm Thaler oder das verkaufte Lachen (2017)

“Timm Thaler oder das verkaufte Lachen” (Timm Thaler o la risa vendida) no es una película que te atrape desde el principio, sino que te arrastra lentamente en una espiral de desesperación y la pérdida gradual de lo esencial. La obra de Andreas Holzschneider, adaptada de la novela homónima de Michael Ende, es una perturbadora reflexión sobre la inocencia, la ambición desmedida y la facilidad con la que la felicidad puede ser corrompida.

La dirección de Holzschneider es magistral en su minimalismo. No recurre a efectos especiales grandilocuentes ni a secuencias de acción que distraigan del mensaje central. En cambio, se centra en la mirada infantil de Timm, interpretada con una vulnerabilidad y una honestidad conmovedora por parte de Maximilian Schlitt. Su actuación no es mimada, sino que transmite de forma cruda la evolución del niño, desde su inocencia inicial hasta la desesperación de ver cómo su risa, su alegría, se va desvaneciendo con cada victoria. La película está construida en torno a este contraste, donde la sonrisa robada se vuelve más oscura y amenazante a medida que Timm gana en las apuestas.

El guion, adaptado de la obra literaria, se mantiene fiel al espíritu del original, aunque profundiza en la psicología del personaje principal. No se trata simplemente de un niño que vende su risa para ganar dinero; la película explora la sed de éxito, la necesidad de ser superior y la vulnerabilidad del niño frente a la promesa de una vida fácil. La historia no es una fábula moralizante, sino una alegoría sobre las consecuencias de la ambición descontrolada. Las escenas de las apuestas, aunque no son espectaculares, son inquietantes en su repetitividad y en la creciente desesperación de Timm. La voz del diablo, sutil pero persistente, está omnipresente, incitando a Timm a seguir apostando, a seguir buscando la victoria a cualquier precio.

La película, a pesar de su lentitud, mantiene un tono inquietante y perturbador. La banda sonora, de Peter Hedemann, complementa a la perfección el ambiente sombrío y claustrofóbico. Utiliza instrumentos no convencionales, creando una atmósfera onírica y opresiva que refuerza el mensaje de la película. La fotografía, sobria pero efectiva, acenta la desolación de Timm y la oscuridad que lo rodea. Es importante destacar que “Timm Thaler” no ofrece respuestas fáciles; la película deja al espectador reflexionando sobre la naturaleza de la felicidad, la importancia de la inocencia y los peligros de la búsqueda del éxito material.

En definitiva, "Timm Thaler oder das verkaufte Lachen" es una película profunda, reflexiva y perturbadora, que permanece en la memoria mucho después de que terminan los créditos. No es una película para todos los gustos, pero para aquellos que buscan una experiencia cinematográfica que desafíe su percepción de la realidad, esta es una obra maestra del cine fantástico alemán.

Nota: 8/10