Tina (1993)

“Tina” es mucho más que la biografía de una icónica estrella del rock. Es un relato visceral y corajeoso sobre la supervivencia, la resiliencia y la búsqueda incansable de la libertad. La película, dirigida con una firmeza que oscila entre la intimidad y la fuerza, no se limita a celebrar el éxito de Tina Turner, sino que profundiza en las cicatrices que marcaron su camino y la enorme valentía que necesitó para liberarse. La dirección de Jaume de Maroto es notablemente efectiva en el manejo del ritmo, alternando entre escenas brillantes y explosivas de sus actuaciones y momentos de oscuridad y desolación en los que se vislumbra la brutalidad de su relación con Ike Turner.

El núcleo de la película reside en la interpretación de Angela Bassett, quien entrega una actuación monumental. No es una simple recreación de la leyenda, sino una profunda inmersión en la psique de Tina, capturando la ambivalencia de su personaje: su fuerza, su vulnerabilidad, su sed de éxito y su dolor. Bassett no solo imita la voz y los movimientos de Tina, sino que transmite su espíritu indomable con una intensidad que te atrapa desde el primer instante. La química entre Bassett y Eddie Rayda, quien interpreta a Ike Turner, es palpable, no en un sentido romántico, sino en la comprensión de una dinámica de poder tóxica y destructiva.

El guion, adaptado de la autobiografía de Tina Turner, es preciso y, en general, efectivo. Se centra en los momentos clave de su vida, evitando la sobrecarga de detalles y optando por un enfoque narrativo que prioriza las emociones y las relaciones. Se presta especial atención a las dinámicas de poder que la caracterizaron, mostrando la manipulación, el control y la violencia que impregnaron su matrimonio. Sin embargo, a veces, la película se adentra demasiado en la descripción de los abusos, lo que podría resultar pesado para algunos espectadores. La decisión de mostrar la evolución de la carrera de Tina no siempre está tan equilibrada; a pesar de las brillantes escenas musicales, se podría haber explorado con mayor profundidad su impacto en la industria y el reconocimiento que finalmente obtuvo.

La banda sonora, naturalmente, es un elemento fundamental de la película. Las versiones de clásicos como “Proud Mary” y “What’s Love Got To Do With It” son impecables, revitalizando las canciones y añadiendo una capa de emoción a las escenas. Pero más allá de la música, es el sonido de la voz de Tina, capturada y reproducida con autenticidad, lo que realmente te transporta al corazón de la historia. La película, en definitiva, es un tributo poderoso a una mujer que rompió las barreras, desafió las expectativas y se reinventó a sí misma una y otra vez.

Nota: 8.5/10