Todo está iluminado (2005)

“Todo está iluminado” (Everything Everywhere All at Once) es, sin duda alguna, una de las películas más sorprendentes y estimulantes que he visto en años. La película de Daniels – Dan Kwan y Daniel Scheinert – es una jugada arriesgada, un torbellino de ideas, emociones y estilos que, a pesar de su aparente caos, se mantiene sorprendentemente cohesionada y conmovedora. No es una película fácil, ni se pretende serla, pero recompensa al espectador que se entrega a su locura y se abre a una exploración profunda sobre la familia, la identidad y el significado de la existencia.

La película comienza con una premisa aparentemente sencilla: Evelyn Wang (Michelle Yeoh), una inmigrante china estadounidense abrumada por el estrés financiero y las tensiones familiares, se enfrenta a una inspección de impuestos. Sin embargo, esta situación inicial se convierte rápidamente en el detonante de un viaje interdimensional que la lleva a explorar infinitas versiones de sí misma y a luchar contra una amenaza existencial. Pero la verdadera fuerza de la película reside en la relación entre Evelyn y su hija Joy (Stephanie Hsu), un vínculo problemático y profundamente rota que sirve como el eje central de la narrativa.

Michelle Yeoh entrega una actuación magistral. Su Evelyn es un personaje complejo, imperfecto y, a menudo, exasperante. Yeoh explora con una gran sensibilidad las capas de frustración, arrepentimiento y amor que definen a su personaje. La actuación de Stephanie Hsu es igualmente impactante, representando la angustia y la confusión de una generación que lucha por encontrar su lugar en el mundo. Ke Huy Quan, quien regresa a la pantalla grande después de años, ofrece un papel memorable como Waymond, el esposo de Evelyn, que evoluciona de un hombre aparentemente dócil a un guerrero interdimensional. La película se beneficia enormemente de las actuaciones secundarias, especialmente de Jamie Lee Curtis como la severa inspectora de impuestos.

El guion, escrito por Daniels y sus colaboradores, es una obra maestra de la creatividad. La película juega constantemente con el humor absurdo, el drama familiar y la ciencia ficción de una manera magistralmente equilibrada. Los saltos entre realidades son visualmente impactantes, utilizando una paleta de colores vibrante y una coreografía de acción inventiva. La película no se limita a la fantasía; subraya la importancia del momento presente y el valor de las conexiones humanas. A pesar del peso del concepto multiverso, la película regresa a una reflexión sobre el perdón, la comprensión y la aceptación. El uso del sonido y la música, a menudo incongruentes con la acción, contribuye enormemente a la atmósfera única de la película.

En definitiva, “Todo está iluminado” es una experiencia cinematográfica que desafía las convenciones y nos obliga a cuestionar nuestras propias prioridades. Es una película que te hará reír, llorar y, quizás, reflexionar sobre tu vida. Es una película que no se olvida fácilmente.

Nota: 9/10