“Todo por la pasta” es una comedia negra con un ritmo frenético y una atmósfera de parodia bien lograda, aunque con algunas fallas que impiden que alcance su máximo potencial. La película, dirigida con una audacia visual y un sentido del humor salpicado de vulgaridad, se centra en una trama aparentemente sencilla que, sin embargo, se complica a medida que avanza, obligando al espectador a cuestionar la veracidad de cada giro argumental.
La dirección de Dani Albedéu es, en general, correcta. Maneja con soltura el tono cómico y la acción, utilizando recursos visuales sorprendentes y escenas de persecución que, aunque predecibles en su esencia, se ejecutan con dinamismo. Destaca especialmente la puesta en escena de las escenas de robo, que están llenas de detalles y un sentido del movimiento contagioso. Sin embargo, en algunos momentos, la dirección parece un poco apresurada, sacrificando el desarrollo de algunos personajes secundarios en favor de la acción, lo que resulta en figuras planos y poco memorables.
El reparto es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Miguel Ángel Silvestre ofrece una interpretación convincente como Julián, el ladrón principal, mostrando una mezcla de arrogancia, vulnerabilidad y desesperación. Nieves Torrente, en el papel de Azucena, demuestra una gran capacidad para pasar del humor descarado a la desesperación y al miedo, entregando una actuación particularmente destacada. Y, por supuesto, Ricardo León, como el detective encargado del caso, aporta un toque de profesionalidad y cierto humor negro que contrasta bien con la locura general de la historia. La química entre los actores es palpable, lo que contribuye a que las escenas de diálogo sean más efectivas.
El guion, en cambio, presenta algunas inconsistencias. La trama principal es interesante, pero algunas subtramas se sienten poco desarrolladas y otras parecen gratuitas. El ritmo, aunque dinámico en principio, se vuelve desigual en el desarrollo de algunos personajes y situaciones. Hay momentos brillantes de humor negro que se pierden en un torrente de acción y persecuciones. La justificación de algunos elementos de la trama, como la conexión entre el bingo y los mercenarios, no está del todo clara y puede resultar confusa para algunos espectadores. A pesar de ello, el guion logra mantener el interés del espectador durante gran parte de la película, gracias a su capacidad para sorprender y a su irreverencia general.
A pesar de sus defectos, “Todo por la pasta” es una película entretenida y visualmente atractiva, que ofrece un buen rato al espectador. Es una comedia negra que no se toma en serio a sí misma, y que utiliza el humor y la acción para crear una historia original y sorprendente. Es una película que no dejará indiferente al público, aunque no sea una obra maestra del género.
Nota: 6.5/10