Todo por mi chica (1992)

“Todo por mi chica” es una comedia romántica improbable que, a pesar de sus evidentes limitaciones, ofrece un entretenimiento discreto y, en ocasiones, sorprendentemente divertido. La película, dirigida por Robert Townsend, se construye sobre una premisa tan absurda como atractiva: un ejecutivo de marketing, Chester Lee (Dangerfield), dispuesto a hacer cualquier cosa para lograr el ascenso profesional y, lo que es más importante, para casarse con su novia. Este “cualquier cosa” culmina en la creación de una jugadora de fútbol con una peluca y un falso nombre, un recurso que, aunque caricaturesco, es la principal fuente de humor de la cinta.

La dirección de Townsend, aunque no destacada, logra mantener el ritmo de la película y compensar, en parte, la carencia de profundidad en el guion. La película evita caer en la exageración que podría haberla condenado a ser una parodia gratuita, optando por una comedia amable, pensada para entretener más que para provocar reflexiones. Sin embargo, el guion, escrito por Townsend y Robert Townsend Jr., se siente predecible en muchos de sus momentos y carece de la chispa que podría haber elevado la historia. Las situaciones humorísticas, aunque a veces efectivas, se repiten a lo largo de la película, erosionando su impacto a medida que avanza.

El elenco ofrece interpretaciones sólidas. Dangerfield, como Chester, se muestra convincentemente obsesionado y desesperado, transmitiendo la angustia de un hombre atrapado entre su ambición y su amor. Jonathan Brandis, en el papel de Matthew, aporta una dosis de naturalidad y encanto a la historia. Illene Graff, como Bess, ofrece un retrato realista de una mujer que intenta comprender la determinación de su novio. No obstante, el peso dramático recae principalmente sobre Dangerfield, y su actuación, aunque competente, a veces se ve limitada por el tono ligero de la película.

Un aspecto interesante, y quizás la mejor fortaleza de la película, reside en la forma en que explora la dinámica entre Chester y Matthew. La confrontación entre la ambición de uno y el talento del otro genera momentos de tensión y humor genuino. La película también presenta una visión, aunque superficial, del mundo del fútbol femenino, mostrando las dificultades y los desafíos que enfrentan las jugadoras. No obstante, la representación, aunque breve, podría haber sido más rica y matizada.

En definitiva, "Todo por mi chica" es una comedia ligera y entretenida, que aunque no destaca por su originalidad o profundidad, logra ofrecer algunas risas y momentos agradables. Es un entretenimiento fácil y accesible, ideal para una noche de cine sin pretensiones. A pesar de sus defectos, es una película que no se queda corta en su objetivo principal: divertir al espectador.

Nota: 6/10