Top Dog, el perro sargento (1995)

“Top Dog, el perro sargento” (Top Dog, Sergeant Blue) es una película que, paradójicamente, funciona mejor por su desconcertante y a veces absurdamente divertida desregulación narrativa que por la coherencia de su trama. Dirigida por el veterano actor y director Hal Needham, la película nos presenta a Jake Wilder (John Schneider), un policía de San Diego cuya impaciencia y pragmatismo le llevan a tomar decisiones a menudo cuestionables, pero siempre con la intención de hacer el bien. Needham, conocido por su trabajo en comedias como "Smokey and the Bandit", introduce en "Top Dog" un toque peculiar, una mezcla de acción, humor negro y una reflexión, casi involuntaria, sobre la moralidad en el contexto de la ley.

El guion, coescrito por Needham y Bill Vincent, no se toma en serio a sí mismo. Las situaciones son exageradas, los diálogos a menudo absurdos y la lógica interna es, a veces, inexistente. Sin embargo, esta desconexión de la realidad es precisamente lo que hace atractiva a la película. La trama, centrada en la investigación de la muerte de un compañero, se convierte en un laberinto de sospechosos, engaños y personajes excéntricos. No busca responder a preguntas complejas, sino que se deleita en la construcción de un mundo donde lo ilegal y lo legal se superponen constantemente. La banda sonora, que incorpora elementos de música soul y funk, añade un ambiente particular que resalta la atmósfera de caos controlado.

John Schneider, protagonista de “Dallas”, entrega una interpretación convincente como Jake Wilder. Su personaje no es un héroe convencional; es un hombre con un código moral propio, a menudo en conflicto con las reglas establecidas. El contraste entre su actitud brújula y su desprecio por la burocracia crea un personaje complejo y fascinante. El resto del elenco, que incluye a un divertido Robert Duvall como el detective Miller, complementa la peculiaridad de la película. Duvall aporta un aire de dignidad y sabiduría a la situación, ofreciendo un contrapunto ameno a la actitud imprudente de Wilder.

La dirección de Needham es sólida, aunque se limita a seguir el ritmo de un guion que, en última instancia, parece más interesado en la comedia de situación que en la exploración profunda de la trama. El uso de persecuciones frenéticas, coreografías de lucha y efectos especiales, aunque datados para los estándares actuales, contribuyen al dinamismo general de la película. Sin embargo, es importante recordar que “Top Dog” no busca ser una obra maestra cinematográfica. Es un entretenimiento ligero, una película para desconectar y reírse un rato. Su valor reside en su originalidad, su tono irreverente y su capacidad para ofrecer momentos de sorpresa y diversión. Se trata, en definitiva, de una comedia de acción con un toque de melancolía y un profundo respeto por los perros policía (ya sean reales o ficticios).

Nota: 6/10