Torok, el Troll (1986)

“Torok, el Troll” es una película que se atreve a abrazar lo inesperado, reivindicando el espíritu de la aventura y el terror infantil con una premisa que, aunque extraña, funciona sorprendentemente bien. La película no se pretende ser una continuación directa de la saga de Harry Potter, sino más bien una reinterpretación del arquetipo del cuento de hadas oscuro, con un toque de comedia absurda que ayuda a aliviar la tensión en ciertos momentos. La historia se centra en la familia Potter, cuyo traslado a San Francisco desencadena una serie de eventos grotescos y surrealistas, liderados por Torok, un troll de una maldad palpable y un pasado que lo atormenta.

La dirección de la película, a cargo de [Nombre del Director, si lo conoces o “un equipo creativo”], logra crear una atmósfera inquietante desde los primeros minutos. La estética, que combina elementos de la vida cotidiana de San Francisco con lo fantástico y lo perturbador, es efectiva para establecer el tono de la película. Hay una clara influencia del cine de terror clásico, especialmente de los trabajos de Amado y Spielberg, pero “Torok” le otorga un giro propio, incorporando un humor que, aunque a veces se siente forzado, en general, sirve para mantener el interés del espectador. La banda sonora, que utiliza de forma inteligente la música clásica y melodías infantiles retorcidas, contribuye significativamente a la atmósfera general.

El reparto es, en general, sólido. El actor que interpreta a Harry Potter Jr. transmite de forma convincente la confusión y el miedo de un niño que se enfrenta a lo inexplicable. La casera, interpretada por [Nombre del Actor/Actriz], es el verdadero corazón de la película. Su personaje, un tipo de bruja sabia y sarcástica, aporta un contrapunto interesante a la desesperación de la familia Potter y se convierte en un alivio cómico crucial. Sin embargo, la actuación de [Nombre del Actor/Actriz interpretando a Torok] es, para mí, el punto débil de la película. Si bien la criatura está bien diseñada visualmente, su interpretación carece de profundidad y, a veces, se siente más caricaturesca que amenazante.

El guion, aunque presenta algunas lagunas en la trama y un ritmo desigual, logra mantener el interés del espectador a través de situaciones absurdas y colmos de imaginación. La idea de transformar a los vecinos en plantas y criaturas fantásticas es original y se explora con un ingenio que, a pesar de sus excesos, es digno de elogio. Sin embargo, el desarrollo de los personajes secundarios, salvo el de la casera, es superficial y, en ocasiones, se echan de menos motivaciones más sólidas. La resolución, aunque satisfactoria, podría haber sido más elaborada y ofrecer un mayor impacto emocional.

En definitiva, “Torok, el Troll” es una película peculiar y entretenida que, aunque no alcanza la perfección, ofrece un espectáculo visualmente atractivo y una propuesta narrativa original. Es una película que recomendaría a aquellos espectadores que busquen una experiencia cinematográfica fuera de lo convencional y que no tengan miedo a las criaturas extrañas y a los finales inesperados.

Nota: 6/10