Tortilla Soup (2001)

“Tortilla Soup” es la propuesta de la directora española Isabel Sandoval, conocida por su primer largometraje, “Lluvia en los zapatos”, que regresa a la gran pantalla con una adaptación que, lejos de ser una mera copia, busca reinterpretar la esencia de “Comer, beber, amar” de Ang Lee a través de una lente latinoamericana. Sandoval, que ha completado su formación en el American Film Institute, se adentra en un territorio familiar, con un argumento centrado en la dinámica entre un padre viudo y sus tres hijas adultas, cada una lidiando con sus propios desafíos y peculiaridades. La película no es, sin embargo, una comedia desenfadada; es un drama familiar con toques de humor y una reflexión sutil sobre la comunicación, la familia y el peso del pasado.

La dirección de Sandoval es notablemente sensibile, logrando evocar una atmósfera cálida y a la vez llena de tensión. Su manejo de la cámara es discreto pero efectivo, capturando momentos de intimidad y de conflicto con una naturalidad que realza el impacto emocional. La fotografía, con tonos cálidos y acogedores, contribuye a la atmósfera general, aunque a veces resulta un poco recargada en los primeros planos, perdiendo un poco de la fluidez que se esperaba. Sandoval, claramente consciente del potencial dramático del material, se abstiene de caer en soluciones fáciles o sentimentalismos gratuitos, optando por un enfoque realista y, en ocasiones, amargo.

El reparto es el corazón de la película. Diego Tenorio interpreta a Rafael, el viudo mexicano-estadounidense con un sentido del gusto particularmente peculiar, y ofrece una actuación convincente, transmitiendo tanto la frustración por su situación personal como el deseo de conectar con sus hijas. Las tres hijas, interpretadas por Daniela Ponce, Verónica Siebert y Guadalupe Bonfil, también brillan, cada una aportando una interpretación matizada que refleja la complejidad de sus personajes. Las relaciones entre ellas y su padre están construidas con sensibilidad, mostrando las dificultades, el amor y la incomunicación que caracterizan a las familias modernas. La química entre los actores es excelente, lo que hace que cada escena, incluso las más tensas, sea creíble y conmovedora.

Sin embargo, el guion, aunque bien intencionado, no llega a alcanzar la excelencia. Si bien presenta situaciones familiares reconocibles y personajes interesantes, a veces se siente un tanto predecible y carece de la profundidad y el ingenio que caracterizan las obras de Ang Lee. Algunas subtramas, como la de la relación de la hija menor con un hombre, se desarrollan de forma apresurada y no se exploran plenamente. La película se apoya demasiado en el humor situacional, que, aunque a veces funciona, a menudo se siente forzado y desconectado del desarrollo emocional de los personajes. La resolución del conflicto principal, aunque satisfactoria, parece algo forzada y no logra tener el impacto que merecía.

En definitiva, “Tortilla Soup” es una película que, a pesar de sus defectos, ofrece una mirada fresca y conmovedora a la dinámica familiar. Isabel Sandoval demuestra una habilidad interesante como directora, y el reparto ofrece actuaciones sólidas. Aunque el guion podría haber sido más elaborado, la película es, en última instancia, una experiencia gratificante que invita a la reflexión sobre el poder del amor, la comunicación y el peso del pasado.

Nota: 6.5/10