Transporter Legacy (2015)

“Transporter Legacy” se presenta como un esfuerzo por revivir la fórmula del original, pero lamentablemente no logra alcanzar la chispa que hizo tan atractivo el primer “Transporter”. La película, dirigida por Luke Bailey, se adscribe a la estética de acción que esperamos de la franquicia: persecuciones de alta velocidad, explosiones cuidadosamente coreografiadas y un protagonista con una habilidad casi sobrenatural para el manejo de vehículos. Sin embargo, detrás de la puesta en escena, la película se siente predecible y carente de la originalidad que la diferenciaba de otras películas de acción de conducción.

Ed Skrein, como Frank Martin, interpreta bien el rol del conductor silencioso y letal, manteniendo una presencia física imponente y una actitud estoica. Su personaje, aunque es el corazón de la película, se siente algo desaprovechado. La película le ofrece pocas oportunidades para explorar su pasado o desarrollar un arco narrativo más profundo, centrándose casi exclusivamente en sus habilidades de conducción. La actuación de Ray Stevenson como el padre de Frank, un hombre endurecido por la vida, aporta un matiz emocional que, aunque breve, ayuda a humanizar un poco al personaje. Loan Chabanol, como Anna, es la figura más interesante del reparto, interpretando a una mujer compleja y ambigua con motivaciones oscuras. Su personaje, sin embargo, se siente excesivamente caricaturesco y su arco argumental termina siendo bastante plano.

El guion, escrito por los mismos autores, recurre a clichés del género y a diálogos poco originales. Las secuencias de acción, aunque visualmente impresionantes, carecen de tensión real. La trama, basada en el chantaje y la búsqueda de la justicia, es bastante simple y no ofrece sorpresas significativas. El desarrollo de la historia se siente apresurado, especialmente en la segunda mitad de la película, donde los acontecimientos se suceden a un ritmo vertiginoso y con poca justificación. La banda sonora, omnipresente y agresiva, refuerza la atmósfera de acción pero también contribuye a la sensación de que la película se guía más por la estética que por la sustancia.

A pesar de sus defectos, “Transporter Legacy” no es una película mal hecha. Es un entretenimiento ocasional, una opción para una noche de cine sin grandes pretensiones. Pero se queda muy lejos del encanto y la innovación que hicieron tan especial el primer "Transporter". La película se beneficia del presupuesto destinado a las secuencias de acción, pero no logra compensar la falta de creatividad en la historia y en la construcción de personajes. En definitiva, es una copia fiel de fórmulas probadas, sin la personalidad propia que la diferenciaba de sus predecesores. La dirección no aporta nada nuevo a la franquicia, y el resultado final es un entretenimiento superficial y olvidable.

Nota: 5/10