Treehouse (2014)

“Treehouse” es una película que, a primera vista, se presenta como un thriller de suspense rural con elementos de terror psicológico, pero que, en realidad, se mueve con mayor sutileza y profundidad en su exploración de la pérdida, el trauma y la fragilidad de la memoria. Dirigida por Adam Adesnik, la película no se enfoca en sustos fáciles o gore, sino en la atmósfera opresiva y la creciente paranoia que consume a los dos hermanos Killian y Crawford mientras se refugian en una casa en un árbol abandonada en el bosque de Westlake.

La película se construye lentamente, aprovechando al máximo el entorno y el silencio del bosque. La fotografía es especialmente efectiva, con una paleta de colores apagados y una iluminación que acentúa la sensación de aislamiento y amenaza inminente. El sonido, por su parte, juega un papel crucial, creando una tensión constante a través de la inclusión de sonidos sutiles y perturbadores, que contribuyen a la atmósfera inquietante. Adam Adesnik logra, sin embargo, evitar caer en clichés del género, ofreciendo una experiencia que se percibe como genuinamente perturbadora y amenazante, en lugar de simplemente buscar provocar miedo.

Las actuaciones de los hermanos Killian, interpretados por Ethan Cutts y Luke Watts, son el corazón de la película. Ambos actores logran transmitir la vulnerabilidad, el miedo y la desesperación de sus personajes con una naturalidad conmovedora. Cutts, en particular, ofrece una interpretación magistral, capturando la angustia y la confusión de Killian a medida que se enfrenta a la pérdida de su hermano y a la creciente certeza de que algo siniestro acecha en el bosque. La relación entre los hermanos se siente orgánica y creíble, y su lucha por la supervivencia se convierte en un testimonio de la fuerza del vínculo familiar.

El guion, aunque pausado, es inteligente y bien estructurado. La revelación de la presencia de Elizabeth, una de las niñas desaparecidas, es un giro que inmediatamente plantea interrogantes sobre su estado mental y sobre el verdadero horror que se esconde en el bosque. La ambigüedad que rodea la verdad y el impacto del trauma son los verdaderos temas centrales de la película. No se ofrecen respuestas fáciles y, en cambio, se deja al espectador con la incómoda sensación de que la realidad es mucho más compleja y perturbadora de lo que aparenta. El desarrollo del personaje de Elizabeth, aunque truncado, es sugerente y deja entrever las consecuencias devastadoras de los eventos.

Finalmente, “Treehouse” es una película que, a pesar de su lentitud, deja una huella duradera. No busca complacer a todo el mundo, y su enfoque en la atmósfera, las emociones y la ambigüedad puede no ser del agrado de aquellos que buscan un thriller convencional. Sin embargo, para aquellos dispuestos a dejarse llevar por su ritmo y a aceptar sus misterios, “Treehouse” es una experiencia cinematográfica perturbadora y profundamente conmovedora.

Nota:** 7/10