“Tres hombres y una pequeña dama” es una comedia que, a primera vista, parece un cliché. Tres amigos que se ven obligados a cuidar de una niña, unidos por el cariño y la complicidad, intentando frustrar un matrimonio que consideran una amenaza. Sin embargo, lo que emerge de la pantalla es una película sorprendentemente conmovedora y con un ritmo impecable, que te atrapa desde el principio y no te suelta hasta el final. La dirección de George Cukor es magistral; se nota un control absoluto sobre el espacio y los personajes, creando atmósferas llenas de tensión y humor sutil, un equilibrio difícil de lograr. Cukor, conocido por su maestría en el melodrama, demuestra aquí una gran habilidad para entrelazar la comedia con la emoción, evitando que la película se caiga en la sentimentalidad fácil.
El reparto es, sin duda, uno de los grandes aciertos de la película. Cary Grant, en el papel de Reginald Pullan, es simplemente brillante. Su encanto natural y su capacidad para transmitir una amplia gama de emociones, desde la frustración hasta la desesperación, son palpables. La química entre Grant y Bing Crosby, como el pragmático pero bondadoso Robert Little, es innegable. Crosby aporta un alivio cómico crucial, pero también una profunda sinceridad que complementa a la perfección el personaje de Grant. La presencia de Franklin J. Schaffner, interpretando al obstinado y neurótico Edgar “The Duke” Dales, añade una capa de inestabilidad y nerviosismo a la dinámica del grupo. Schaffner, en particular, ofrece una interpretación particularmente memorable, revelando la vulnerabilidad y la necesidad de aprobación que subyacen a su fachada dura y controladora. Cada uno de los tres actores aporta una faceta única a la relación, construyendo una dinámica compleja y rica en matices.
El guion, adaptado de la obra teatral de Somerset Maugham, es inteligente y bien estructurado. La trama se desarrolla con un ritmo pausado, permitiendo que los personajes se conozcan y que la tensión entre ellos se vaya acumulando gradualmente. Los diálogos son ágiles y llenos de ingenio, a menudo basados en juegos de palabras y situaciones cómicas que surgen de la necesidad de esconder la verdad. Sin embargo, lo que realmente destaca es la manera en que el guion explora las relaciones humanas y la importancia del afecto. No se trata solo de evitar una boda; es sobre la amistad, la lealtad y la búsqueda de un sentido en la vida. La película se atreve a abordar temas de clase social y expectativas matrimoniales, presentándolos de forma sutil y reflexiva. El guion evita los clichés del género, mostrando que el amor y la amistad pueden ser más poderosos que cualquier obstáculo.
La película, si bien es una comedia, logra tocar fibras sensibles. La decisión de la madre de la niña de abandonar su hogar y su novio es comprensible, aunque controvertida. La película no juzga; simplemente presenta la situación y explora las consecuencias de las acciones de los tres hombres. La búsqueda del amor, la felicidad y el hogar son temas universales que resuenan con el público de cualquier época. “Tres hombres y una pequeña dama” es, en definitiva, una comedia inteligente, con un gran reparto, una dirección impecable y un guion que explora las relaciones humanas de forma sutil y conmovedora. Es una película que se disfruta tanto por su humor como por su corazón.
Nota: 8/10