Trois 2: Pandora's Box (2002)

“Trois 2: Pandora’s Box” se presenta, en teoría, como una exploración del deseo desenfrenado y la desintegración de una vida aparentemente perfecta. Sin embargo, la película se pierde en un torbellino de clichés y una ejecución que, a pesar de sus elementos intrigantes, termina resultando más frustrante que entretenida. La dirección de David Moreau y Marc Fonteijn es competente, ofreciendo una estética visualmente atractiva, con escenas nocturnas vibrantes y una atmósfera de decadencia que se adapta al entorno de Pandora’s Box. Sin embargo, esa estética, en lugar de ser un reflejo de la complejidad emocional de los personajes, se convierte en un mero adorno, una cubierta para la falta de profundidad en la narrativa.

El núcleo de la película reside en el personaje de Mia DuBois, interpretado magistralmente por Shannon Lockhart. Lockhart logra transmitir la insatisfacción y el vacío que la consumen, su deseo de escape y su creciente vulnerabilidad. Pero incluso su interpretación no es suficiente para salvar a Mia de ser, en última instancia, un cliché: la mujer adúltera, la terapeuta con problemas maritales, la búsqueda de placer como forma de llenar un vacío existencial. La película no profundiza lo suficiente en sus motivaciones, ni en el impacto emocional que este camino destructivo tiene en ella. St. John Hancock, como su marido Victor, ofrece una actuación correcta pero olvidable, reduciéndose a un mero accesorio en la historia. La relación entre ambos se siente artificial y carente de tensión, contribuyendo a la sensación general de superficialidad.

La entrada de Hampton (James White) al universo de Mia es el punto álgido de la película, y White entrega una actuación segura y seductora. Su personaje es un enigma, un atractivo peligroso que explota la necesidad de Mia de experimentar. El guion, sin embargo, no aprovecha al máximo este potencial. Los diálogos a menudo son torpes y expositivos, sacando la tensión de la situación y revelando en lugar de insinuar. El misterio que rodea a Hampton se resuelve de una manera predecible y anticlimática, despojando de su impacto inicial. La trama se siente como un ejercicio de “fast-paced” y sexo, con escenas de intimidad que, aunque visualmente sugerentes, rara vez se conectan emocionalmente con el espectador.

En última instancia, “Trois 2: Pandora’s Box” es una decepción. No logra trascender los tropos del cine erótico y la comedia sexual, ni explora las implicaciones psicológicas de las decisiones de sus personajes. La película se siente vacía y desconectada, un entretenimiento ligero pero carente de sustancia. Su atractivo reside únicamente en la estética visual y las actuaciones individuales, pero la trama y el guion no logran sostener el interés del espectador a largo plazo. Es una película que promete mucho pero ofrece poco, un espejismo de sensualidad que se desvanece rápidamente.

Nota: 5/10