Trolls 2: Gira mundial (2020)

“Trolls 2: Gira Mundial” es, en esencia, una celebración desinhibida del color, la música y la alegría. Pero más allá de su fachada pop y vibrante, la película ofrece un argumento sorprendentemente sólido y una banda sonora que, como era de esperar, es absolutamente inolvidable. Justin Changa, el director, logra mantener el espíritu contagioso de la primera entrega, expandiendo el universo de Trolls con una audacia visual que es genuinamente cautivadora. Los escenarios que visita Poppy y Branch – desde un desierto lleno de funk hasta una ciudad flotante dedicada al techno – son imaginativos y llenos de detalles, visualmente impactantes y un auténtico deleite para los ojos.

La dirección se beneficia enormemente de las actuaciones de su reparto. Anna Kendrick, como Poppy, aporta un equilibrio perfecto entre la ingenuidad optimista y una creciente determinación. Groot, interpretado por Kunna Allen, está absolutamente deslumbrante, elevando su papel a un personaje con una profundidad y un carisma que muchos no esperaban. Justin Timberlake, como Branch, se queda en su papel de al que se rumoreaba, pero ofrece una elegancia y un matiz emocional que complementan la energía de Poppy. Sin embargo, el verdadero protagonista de la película es, sin duda, Synna, la troll del country, interpretada por America Ferrera. Su arco argumental es quizás el más desarrollado y conmovedor de la película, ofreciendo una perspectiva fresca y valiosa sobre la identidad, la aceptación y la importancia de preservar las raíces. La química entre los personajes es palpable, impulsando la narrativa y creando momentos memorables.

El guion, a pesar de la premisa claramente orientada al entretenimiento, presenta algunas sorpresas. La idea de seis reinos con géneros musicales distintos es ingeniosa y permite explorar una variedad de estilos musicales y subgéneros, cada uno representado de manera vibrante y auténtica. La batalla entre el rock y los otros géneros, aunque caricaturesca, funciona como una metáfora sobre la importancia de la diversidad y la aceptación. No obstante, el guion a veces recae en clichés y en situaciones predecibles, y algunas de las subtramas secundarias carecen de profundidad. El ritmo, en ocasiones, se siente un poco apresurado, intentando comprimir demasiadas ideas en un solo metraje.

A pesar de estas pequeñas fallas, “Trolls 2: Gira Mundial” es una película que sabe lo que hace bien: ofrecer entretenimiento puro y sin complicaciones, sumergirse en una atmósfera festiva y celebrar la música en todas sus formas. La banda sonora, con canciones de artistas contemporáneos y clásicos, es simplemente brillante y es probable que te haga bailar durante y después de la proyección. En definitiva, es una película ideal para disfrutar en familia y para desconectar del mundo real, aunque sea por un par de horas. La película no pretende revolucionar el cine, pero se entrega con una alegría contagiosa que la convierte en un bombón musical.

Nota: 7/10