‘Trolls 3: Todos juntos’ es una explosión de color y euforia musical que, irónicamente, se siente un poco vacía. Tras dos entregas que supieron sorprendernos con su mezcla de humor, canciones pegadizas y un mensaje subyacente sobre la aceptación, esta tercera parte se siente como una reiteración de lo ya probado, aunque con una apuesta decidida por la nostalgia que, en ocasiones, resulta más cansina que refrescante. El director de fotografía, Peter Hamburg, hace un trabajo excelente en la creación de un universo visualmente saturado, lleno de diseños de producción extravagantes que evocan las décadas de los 80 y 90, pero que, a pesar de su atractivo, a veces resulta abrumador y poco favorecedor para la narrativa.
La historia, centrada en la secuestro de Floyd y la posterior búsqueda familiar de Branch y Poppy, está bien intencionada y busca conectar con la audiencia a través de la importancia de la familia y la autoaceptación. Sin embargo, el guion, escrito por Ryan Vanderoay, Craig Wood y Jonathan Price, se basa fuertemente en la familiaridad. Los gags son predecibles, la trama se complica de manera exagerada y la resolución, aunque satisfactoria, no llega a sorprender. Aunque la película intuye un intento de explorar temas más maduros como el miedo al olvido y la presión de la fama, estos se tocan superficialmente, convirtiéndose en elementos decorativos más que en el núcleo de la historia. Se siente que la película busca ser más profunda de lo que realmente se atreve a ser.
Las actuaciones son sólidas, como era de esperar. Anna Kendrick y Justin Timberlake siguen siendo el corazón de la película. Kendrick, en particular, está excelente, balanceando con maestría la vulnerabilidad y la energía de Poppy. Timberlake aporta su habitual carisma y, a pesar de que su personaje tiene menos protagonismo, su química con Kendrick permanece intacta. El resto del reparto, compuesto por Kirsten Schaut, Dave Bautista y J Balvin, cumple con su función, aunque sus personajes no reciben el mismo desarrollo que los principales. El villano, interpretado por America Ferrera, es un personaje carismático y amenazante, pero su motivación se siente un poco forzada y su evolución, incompleta.
En definitiva, ‘Trolls 3: Todos juntos’ es una película entretenida y visualmente atractiva, repleta de canciones que invitan a bailar y cantar. Sin embargo, su falta de originalidad y la sensación de estar rehaciendo fórmulas conocidas le impiden alcanzar el potencial que merece. Se trata, en última instancia, de una experiencia superficial que deleita a los ojos y los oídos, pero que deja un sabor agridulce. Es una película para disfrutar con los niños, pero que no ofrece nada particularmente nuevo o significativo para un público adulto.
Nota: 6/10