Tropa de élite (2007)

“Tropa de Élite” (Elite Squad), dirigida por José Padilha, no es simplemente un thriller policial, sino una incursión brutal y visceral en los rincones más oscuros de Río de Janeiro, durante un período de efervescencia criminal y una inminente visita papal. La película, estrenada en 2007, se erige como un retrato fotorealista y perturbador de la lucha contra el narcotráfico, mostrando a la Tropa de Élite –el BOPE– como una fuerza de choque indispensable para la supervivencia de la ciudad. Padilha, con su estilo minimalista y su enfoque en la acción directa, logra evocar una sensación de claustrofobia y peligro constante, incluso en los espacios abiertos de la ciudad.

El guion, adaptado de los hechos reales que rodearon el ataque al campamento del narcotráfico de Complexo do Alemão en 1997, se adentra en la complejidad moral de la situación. No se ofrece una narrativa simplista que divide el bien del mal, sino que presenta personajes con motivaciones y dilemas profundamente arraigados. El Capitán Nascimento, interpretado magistralmente por Wagner Moura, se encuentra en una encrucijada: debe elegir entre honrar su legado y transmitir su experiencia a un nuevo mando, o preservar su propia integridad frente a la corrupción y la violencia que acechan a su unidad. La película no rehúye de mostrar la brutalidad de la guerra contra las drogas, pero también explora las consecuencias humanas de esa lucha, tanto para los policías que operan en la línea del frente como para los habitantes de las favelas.

Las actuaciones son excepcionales. Wagner Moura, más allá de su papel como el Capitán, demuestra una capacidad de interpretación impresionante, transmitiendo la tensión, el cansancio y la determinación de un hombre que se enfrenta a sus propios demonios. El resto del elenco, compuesto por actores locales y noveles, también aporta una autenticidad notable. La química entre los miembros de la Tropa de Élite, mostrada a través de diálogos breves y acciones directas, crea una sensación de cohesión y camaradería que es crucial para la supervivencia en ese entorno hostil. Particularmente memorable es la interpretación de Emilio Camil de Oliveira como el joven e impetuoso Zabibe, quien aporta un componente de rebeldía y esperanza a la operación.

Desde un punto de vista técnico, la película es un triunfo. La dirección de fotografía, que alterna entre la luz y la sombra, crea una atmósfera opresiva y realista. El uso de planos cerrados y movimientos de cámara rápidos contribuye a la sensación de inmediatez y peligro. La banda sonora, compuesta por Arthur Moreira, es minimalista pero efectiva, subrayando los momentos de tensión y acción. La dirección de acción, por su parte, es brutalmente efectiva, mostrando tiroteos y enfrentamientos cuerpo a cuerpo de una manera realista y sin concesiones. Sin embargo, no se enfoca en espectacularizaciones innecesarias, priorizando siempre el impacto emocional y psicológico de las escenas. “Tropa de Élite” no busca el entretenimiento fácil; busca la confrontación con la realidad, y lo logra con maestría.

Nota: 8.5/10