Tropa de élite 2 (2010)

“Tropa de élite 2” es una explosión de adrenalina, violencia y, en cierto modo, desilusión política, que confirma el compromiso de Luc Besson con el cine de acción vertiginoso y con un fuerte componente visual. Después del exitoso primer largometraje, la película no rehace la fórmula, sino que la amplía, elevando la apuesta en cuanto a coreografías de lucha y persecuciones, pero introduciendo un elemento político que, aunque interesante, a veces se siente un poco forzado y menos convincente que el núcleo de acción.

La dirección de Luc Besson es, como siempre, impecable. Se nota una clara influencia de figuras como John Woo, con secuencias de acción espectaculares y a menudo surrealistas, donde la física parece doblada a voluntad y el peligro se siente palpable. El uso de la cámara es magistral, alternando planos amplios que muestran la inmensidad del escenario con planos cortos y claustrofóbicos que intensifican la tensión. La película no busca ser realista; busca ser emocionante, y en ese cometido, lo consigue con gran éxito. Sin embargo, hay momentos en que la sobrecarga visual, la sucesión de explosiones y efectos especiales, puede resultar un poco distractora, disminuyendo el impacto emocional.

Las actuaciones son sólidas, pero con algunas excepciones. Idris Elba, como siempre, es un protagonista carismático y poderoso, ofreciendo una interpretación física y emocionalmente contundente del Capitán Nascimento. Su presencia en la pantalla es innegable y domina la narrativa con su experiencia y determinación. La nueva incorporación, Gary Oldman, aporta una profundidad y un matiz oscuro al personaje del asesor político, creando un antagonista memorable y moralmente ambiguo. A pesar de que la trama le obliga a ser un villano arquetípico, Oldman le da una complejidad que lo hace más interesante y menos unidimensional. El resto del elenco, compuesto por actores brasileños de renombre, cumple con su papel, pero no logran destacar tanto como los protagonistas.

El guion, si bien efectivo para mantener el ritmo trepidante de la película, es donde se encuentran sus mayores debilidades. La intriga política, que pretende ser la columna vertebral de la trama, se siente a veces superficial y poco desarrollada. Los motivos detrás de la ambición política de los personajes son poco explorados, y las alianzas, a pesar de ser cruciales para el desarrollo de la historia, se sienten predecibles. La película se enfoca más en la acción y los efectos especiales que en la construcción de un argumento sólido y coherente. Además, la película se aventura en temas de corrupción y manipulación política, pero las críticas son bastante alegres y no profundizan en la complejidad de estos temas, optando por la simplificación. Se intuye la intención de explorar las contradicciones entre el idealismo y la realidad del poder, pero se queda en un nivel superficial.

En definitiva, “Tropa de élite 2” es un espectáculo visualmente deslumbrante y lleno de acción, que ofrece entretenimiento puro y directo. Si bien el guion no alcanza la excelencia, las interpretaciones sólidas y la dirección magistral de Luc Besson la convierten en una película recomendable para los amantes del género. La película es una experiencia cinematográfica intensa, aunque con algunos problemas de desarrollo argumental.

Nota: 7/10