Tu Hi Re (2015)

“Tu Hi Re” (Tu Amor) es una película que, a primera vista, promete un melodrama intenso y un thriller político. Y, en parte, lo cumple, pero también se le arrastra un peso excesivo en la intriga, haciendo que la experiencia cinematográfica se sienta, a veces, como un laberinto de secretos sin una resolución realmente satisfactoria. Dirigida por Hemant Madhav, la película se adentra en las sombras del corazón de Mumbai, explorando las consecuencias devastadoras de las decisiones pasadas y la fragilidad de las relaciones.

El núcleo de la historia se centra en Siddharth, interpretado con una notable vulnerabilidad por Swapnil Joshi. Su conflicto interno es palpable, y Joshi logra transmitir la angustia de un hombre atrapado entre su amor por Nandini y la tentación de un futuro prometedor, aunque corrupto. Sin embargo, la película no siempre le da el espacio necesario para desplegar plenamente su personaje, atrapándolo en la corriente de una trama que, en ocasiones, se siente un tanto forzada. Sai Tamhankar ofrece una interpretación sólida como Nandini, mostrando su fuerza y determinación frente a la manipulación de Bhanushali. La dinámica entre ambos es, en su mayor parte, convincente, aunque la película a veces recurre a clichés del melodrama, ralentizando el ritmo y diluyendo la tensión.

Girish Oak, como Kamlakar Bhanushali, es una presencia imponente, aunque su personaje, excesivamente oscuro y calculador, termina resultando algo unidimensional. La película se beneficia de su aura de peligro, pero no profundiza lo suficiente en las motivaciones detrás de sus acciones, reduciéndolo a un arquetipo del político corrupto. Tejaswini Pandit, quien interpreta a Bhairavi, aporta un toque de ambigüedad al personaje, pero su papel, aunque esencial para el desarrollo de la trama, se siente algo limitado.

El guion, escrito por Shinjini Sen y Hemant Madhav, presenta una intriga compleja que, en su complejidad, a veces sacrifica la claridad narrativa. La trama se siente densa, con múltiples capas de secretos y engaños, pero la película no siempre ofrece suficientes pistas para guiar al espectador. La dirección, por su parte, es competente, pero carece de la audacia necesaria para transformar la narrativa en algo verdaderamente impactante. La fotografía, en cambio, es un punto fuerte, capturando la atmósfera opulenta y, a la vez, melancólica, de Mumbai.

La película, en definitiva, es una experiencia interesante, pero no exenta de fallos. Ofrece un buen retrato del costo moral del poder y la manipulación, pero a costa de un ritmo irregular y una resolución que, aunque satisfactoria en algunos aspectos, no alcanza la profundidad que la trama merece. Se queda en la piel de un melodrama con elementos políticos que, a pesar de sus intentos, no logra consolidarse como una obra verdaderamente memorable.

Nota: 6/10