“Tu Hijo” es una película que te instala en la incomodidad desde el primer plano. No es un thriller explosivo ni un melodrama exagerado, sino una lenta y perturbadora disección de la obsesión, la culpa y la fragilidad de la paternidad. Jose Coronado, en el papel de Jaime Jiménez, ofrece una actuación magistral. Su personaje es un hombre aparentemente normal, un médico dedicado a su profesión y a su familia. Coronado logra transmitir esa normalidad con una sutileza escalofriante; la mirada a veces perdida, el tic nervioso, la búsqueda incesante de respuestas que le carcomen por dentro. No se trata de un héroe que lucha contra el mal, sino de un hombre devastado que se pierde en la oscuridad de la desesperación.
La película, dirigida por Marc Celada, se centra en el impacto de la agresión de Marcos, el hijo de Jaime, y cómo esta traumática experiencia lo transforma. No se ofrece una explicación fácil del porqué de la paliza, ni se juzga al agresor. La película, en cambio, se dedica a explorar la psicología de Jaime, su incapacidad para aceptar que su hijo, que siempre había sido un chico tranquilo y obediente, puede ser capaz de comportarse de manera violenta. La dirección de Celada es precisa en la construcción de la atmósfera, utilizando tomas largas y la ausencia de música casi constante para intensificar la sensación de opresión y de incomodidad. El uso de la luz y la sombra es particularmente efectivo, reflejando el estado mental fragmentado de Jaime.
El guion, coescrito por Celada y María León, es el corazón de la película. Evita los clichés del género y se centra en la experiencia interna del protagonista. Las conversaciones entre Jaime y su esposa, interpretada por Marta Etura, son particularmente significativas, mostrando una dinámica familiar tensa y conflictiva, marcada por la incomunicación y el temor. La película explora la dificultad de la paternidad, no como una serie de consejos o manuales, sino como un acto de amor imperfecto y a menudo doloroso. La tensión se construye sutilmente, a través de pequeños detalles, miradas furtivas y la sensación constante de que algo terrible está a punto de ocurrir. No se nos ofrece un "villano" claramente definido, sino más bien una representación de la oscuridad que puede acechar incluso a las personas más queridas.
Sin embargo, la película no es perfecta. El ritmo pausado puede resultar lento para algunos espectadores y la falta de ambigüedad en el final podría generar frustración. Algunas escenas se alargan más de lo necesario, y la ausencia de una resolución concreta a la agresión (aunque comprensible dentro del enfoque psicológico) podría dejar a algunos buscando respuestas que nunca llegan. No obstante, la atmósfera opresiva y la calidad de las actuaciones son suficientes para justificar la experiencia visual que ofrece “Tu Hijo”. Es un retrato honesto y perturbador de la fragilidad humana y el peso de la responsabilidad familiar.
Nota: 7/10