Tú, yo y ahora... Dupree (2006)

“Tú, yo y ahora... Dupree” es una comedia romántica con un trasfondo social sutilmente tratado que, a pesar de sus momentos de brillantez, se queda justo por debajo de su potencial. La película, dirigida por Steven Lebeau, se basa en una premisa intrigante: una familia aparentemente perfecta se ve trastornada por la llegada repentina de un forastero, Dupree, que al instante pone a prueba su estabilidad. La premisa, en sí misma, es lo suficientemente interesante para generar expectación, y Lebeau la ejecuta con una naturalidad que contribuye a la atmósfera reconfortante de la película.

La dirección de Lebeau se destaca por su habilidad para construir un ambiente idílico que, inevitablemente, se ve comprometido por la presencia de Dupree. El vestuario, la música y la fotografía son excelentes, creando una sensación de bienestar que contrasta fuertemente con la creciente incomodidad que surge. Sin embargo, la película a veces se permite excesos visuales, ralentizando el ritmo y desviando la atención de la historia principal. La intención es crear una sensación de desorden y caos, pero en ocasiones se siente forzada y poco orgánica.

El núcleo de la película reside en las actuaciones de los protagonistas, Tom Cavanagh y Elizabeth Olsen. Cavanagh, como Dupree, ofrece una interpretación magistral. No se limita a ser el "villano" de la historia, sino que explora la complejidad de un hombre atrapado en un ciclo de autodestrucción, impregnado de melancolía y un intento fallido de nobleza. Olsen, por su parte, evoluciona de la mujer que lucha por mantener la estabilidad familiar a una protagonista que se encuentra, sorprendentemente, enfrentando sus propias inseguridades y deseos. Su relación con Dupree no se construye solo a través del conflicto, sino a través de la creciente empatía y, finalmente, el reconocimiento mutuo. El resto del elenco secundario, incluyendo a John Carroll Lynch, ofrece sólidas interpretaciones que dan vitalidad a la narrativa.

El guion, co-escrito por Cavanagh y Daniel Musolino, es donde la película realmente podría haber elevado su nivel. La trama, en su esencia, es predecible y ligeramente cliché, pero la película se esfuerza por añadir capas de profundidad emocional y social. La crítica a la cultura de la empresa, al consumismo y a la obsesión por la perfección familiar, aunque presente, se siente superficial en algunos momentos. La comedia, aunque presente, es a menudo demasiado ligera, perdiendo oportunidades para explorar las tensiones subyacentes en la relación entre los Peterson y Dupree. A pesar de estas carencias, la película no es un desastre, pero el guion podría haber aprovechado el potencial de la premisa con mayor inteligencia.

En definitiva, “Tú, yo y ahora... Dupree” es una comedia romántica entretenida que ofrece momentos de humor y ternura genuina. Las actuaciones son convincentes y la dirección es competente, pero el guion no logra alcanzar la excelencia que se le podría haber esperado. Es una película que vale la pena ver, especialmente por la interpretación de Cavanagh, pero que no llega a ser un clásico del género.

Nota: 6.5/10