Two Much (1995)

“Two Much” es una propuesta cinematográfica que, paradójicamente, se queda a medio camino entre la extravagancia y la falta de sustancia. La película, ambientada en el resplandeciente escenario de Miami Beach, introduce al espectador a un personaje central, un galerista excesivo y egocéntico llamado Elliot (Bill Heck), cuya vida se ve sacudida por una serie de circunstancias ridículas y, en última instancia, decepcionantes. La premisa, de una duplicidad de personalidad que se manifiesta en la creación de un hermano gemelo, resulta inicialmente intrigante, prometiendo una exploración visual y psicológica bastante interesante. Sin embargo, la ejecución de esta idea central es lo que resulta ser su principal debilidad.

La dirección de David Gordon Green, conocido por su estilo particular, se manifiesta aquí en un tratamiento visualmente atractivo, si bien un tanto artificioso. Las escenas en Miami Beach son visualmente deslumbrantes, saturadas de color y luz, buscando evocar un ambiente de hedonismo y excesos. Sin embargo, esta estética, en lugar de complementar la historia, a veces la sobrecarga, creando una sensación de superficialidad. Gordon Green se enfoca más en la apariencia de la película que en profundizar en el desarrollo de sus personajes. El ritmo también es inconsistente, alternando momentos de tensión artificial con escenas diluidas que parecen alargadas innecesariamente.

Las actuaciones son, en general, aceptables, pero no sobresalen. Bill Heck, como Elliot, se limita a interpretar el arquetipo del hombre vanidoso y narcisista. No logramos sentir su conflicto interno de manera convincente, lo que dificulta la empatía del espectador. Maggie Nicholson, interpretando a las dos hermanas, muestra cierta madurez en su dualidad, pero la falta de guion lo limita. La presencia de Michael Shannon como el ex-marido, un mafioso amenazante, es notable, aportando momentos de genuina tensión. Shannon, como suele ser su costumbre, desactiva casi por completo a su personaje, limitándose a emitir amenazas. Su presencia se siente más como un añadido argumental que como una amenaza real.

El guion, en su conjunto, es el mayor problema de la película. Las situaciones absurdas se suceden a un ritmo vertiginoso, pero carecen de un propósito claro. Los diálogos son a menudo torpes y poco naturales, y el desarrollo de la trama se basa en un montón de clichés del thriller y la comedia negra. La película parece querer ser una sátira sobre el consumismo y la superficialidad, pero no lo consigue de manera efectiva. Las motivaciones de los personajes son a menudo poco claras, y el desenlace es abrupto y decepcionante. Se intenta generar humor a costa del drama, lo que resulta en un equilibrio precario y, en última instancia, poco satisfactorio. "Two Much" es una oportunidad perdida; una película con potencial visualmente, pero que se ahoga en su propia complejidad y falta de sustancia narrativa.

Nota: 5/10