Umma (2022)

“Umma” (2022), la debutante dirección de Hawn Sohn, no es precisamente una experiencia cinematográfica fácil de digerir. La película, ambientada en una idílica granja americana, aborda un trauma familiar profundo y, aunque logra crear una atmósfera inquietante y perturbadora, el resultado final se siente a veces como una colección de ideas brillantes pero desorganizadas. La película intenta explorar temas complejos como el duelo, el racismo, la identidad y la maternidad no convencional, pero se topa con la dificultad de equilibrar estos elementos en una narrativa cohesiva.

La historia se centra en Hyeja, interpretada con una intensidad conmovedora por Pearl Kim. Hyeja, una mujer taciturna y dura, se encuentra forzada a lidiar con el envío de los restos de su madre, Sunja, de Corea del Sur. La llegada de la urna de cenizas desata una cascada de recuerdos y resentimientos enterrados, sacudiendo la vida de Hyeja y su hija, Mi-ja. Kim ofrece una actuación magnética; su Hyeja es un personaje profundamente complejo, marcada por el dolor y la frustración, pero con destellos de vulnerabilidad que la hacen, paradójicamente, cautivadora. La relación entre Hyeja y Mi-ja, interpretada por la también talentosa Kim Eunjung, es el corazón emocional de la película. La incomunicación entre madre e hija, la falta de entendimiento y el peso del pasado crean una tensión palpable que se intensifica a medida que la película avanza. Sin embargo, la dirección de Sohn no siempre maneja con maestría estos momentos de cercanía, optando por veces por un estilo visual que, si bien efectivo, puede resultar algo frío.

El guion, coescrito por Sohn y Ryan Zaragoza, es donde la película comienza a perder fuerza. Aunque la premisa es prometedora, el desarrollo de la trama se siente a veces torpe y predecible. La introducción de elementos sobrenaturales, que en principio sirven para amplificar el miedo y la sensación de incomodidad, terminan resultando más artificiosos que efectivos. Hay momentos de brillantez, como las escenas que exploran la cultura coreana y las tradiciones funerarias, pero la película no se atreve a profundizar lo suficiente en estas dimensiones, perdiendo así la oportunidad de enriquecer su mensaje central. La película parece querer abordar temas relacionados con la culpa y el legado familiar, pero la ejecución no siempre está a la altura de la ambición declarada. El uso de flashbacks, aunque interesante en teoría, a veces se siente forzado y desconectado del presente, fragmentando la experiencia del espectador.

A pesar de sus fallos, "Umma" destaca por su atmósfera opresiva y su retrato de un trauma familiar arraigado. La fotografía de Bradford Larson contribuye significativamente a esta sensación, empleando una paleta de colores apagados y una iluminación sombría que refuerzan el estado emocional de los personajes. El diseño de producción, con su granja que representa un refugio de aislamiento, también es un elemento importante en la creación del ambiente. La película, en definitiva, es un debut interesante que, si bien no logra alcanzar su máximo potencial, demuestra el talento de Hawn Sohn como directora y el potencial de su trabajo. Es una película que, sin duda, dejará una impresión duradera, no tanto por su brillantez narrativa, sino por su capacidad para evocar emociones crudas y explorar temas universales a través de una mirada singular.

Nota: 6/10