Un acuerdo original (2018)

“Un Acuerdo Original” es un ejercicio de sutileza y disección del amor en sus etapas tardías, una película que, lejos de buscar el melodrama grandilocuente, opta por la observación meticulosa de las dinámicas familiares y la incomunicación latente. La propuesta de Thomas Pesquet y Damien Lagouine es, en esencia, un estudio psicológico sobre el amor que se ha convertido en costumbre, en una especie de afecto familiar desprovisto de la pasión original pero cargado de una especie de cariño pragmático.

La dirección de Pesquet es, sin duda, el punto fuerte de la película. Su estilo, caracterizado por la planificación precisa y el uso de planos largos, permite al espectador sumergirse en la rutina de Romane y Philippe, casi como un observador silencioso. La película no busca acelerar la narrativa; en cambio, se deleita en las pequeñas incongruencias, en los miradas furtivas, en el silencio incómodo que se instala entre los padres. La cámara, como un testigo invisible, captura la esencia de la vida cotidiana de una familia fracturada sin juzgar, sin sermonear. Pesquet consigue crear una atmósfera de palpable tensión emocional, donde cada gesto, cada palabra, se convierte en un elemento significativo.

Las actuaciones son magistrales. Sandrine Bonnaire y Pio Marisol, que interpretan a Romane y Philippe, respectivamente, ofrecen interpretaciones extraordinarias. Bonnaire, en particular, transmite con una gran sensibilidad la melancolía y la resignación de una mujer que ha perdido su amor pero no quiere perder a sus hijos. Marisol, por su parte, captura la frustración y la impotencia de un hombre que se siente atrapado en una relación que ya no le satisface. La química entre ambos actores es innegable, creando una sensación de autenticidad que hace que la historia sea creíble y conmovedora. Se nota un gran trabajo de investigación y preparación por parte del director para lograr esa naturalidad tan importante en el éxito de la película.

El guion, escrito por Pesquet y Lagouine, es donde reside la verdadera inteligencia de la película. Evita los clichés románticos y las soluciones fáciles. La historia no se centra en la búsqueda del amor perdido, sino en las consecuencias de la separación y en la manera en que ésta afecta a los hijos. La clave de la película está en la habitación de los niños, un espacio simbólico que representa la única conexión que mantienen los padres. A través de esta habitación, se revela una trama de secretos, mentiras y promesas que complica aún más la situación. La película plantea preguntas inquietantes sobre el amor, la familia y la responsabilidad. La tensión aumenta a medida que los padres intentan mantener la paz para los niños, mientras luchan con sus propios demonios internos. El final, ambiguo y sin dar respuestas fáciles, es particularmente impactante y deja al espectador reflexionando sobre la complejidad de las relaciones humanas.

“Un Acuerdo Original” es, en definitiva, una película inteligente, original y profundamente humana. Una obra que desafía las convenciones del género romántico y que ofrece una visión realista y conmovedora de la vida familiar. Es una película que se queda en la mente mucho después de que los créditos finales se han desplegado.

Nota: 8/10