“Un asunto real” no es una simple recreación histórica, sino una disección visceral del poder, la ambición y el amor en una Dinamarca del siglo XVIII al borde del abismo. Thomas Vinterberg, director danés con una maestría notable, se adentra en la psicología de sus personajes, creando una experiencia cinematográfica inquietante y profundamente humana. La película no intenta glorificar el pasado, sino explorar las contradicciones y los dilemas morales que plagaron a la realeza y a sus cortesanos.
La dirección de Vinterberg es, sencillamente, impecable. La película está construida como una serie de escenas cortas y fragmentadas, a menudo de un ritmo frenético, que simulan el caos interno de Carolina Matilde (Alicia Vikander). Esta técnica narrativa, que recuerda a la obra de Anton Chejov, nos obliga a participar activamente en la historia, a interpretar las miradas, los gestos y las intenciones que se esconden tras cada diálogo. La claustrofobia de la corte danesa, con sus intrigas palaciegas y sus rituales absurdos, se transmite con una precisión asombrosa, logrando que el espectador sienta la opresión y el tedio de ese mundo hermético.
Las actuaciones son absolutamente sobresalientes. Alicia Vikander, en un papel que demanda una intensidad emocional y una destreza interpretativa notables, ofrece una interpretación de Carolina Matilde que es a la vez vulnerable y feroz. La actriz captura a la perfección la frustración de una joven obligada a vivir en un mundo de fantasía y manipulación. Sin embargo, es Mads Mikkelsen quien se lleva la palma. Su Doctor Ulrik Meitzen, el médico personal del rey, es un personaje complejo y fascinante, un hombre intelectual que se debate entre su deber hacia el monarca, su amor por la reina y su anhelo de progreso. Mikkelsen, como siempre, imparte una presencia imponente y un carisma magnético, interpretando con sutileza la ambivalencia moral de Ulrik. Su mirada, cargada de tormento, es la que más perdura en la memoria.
El guion, adaptado de la novela homónima de Lene Volter, es la joya de la corona. Vinterberg no se limita a relatar los hechos históricos, sino que explora las consecuencias psicológicas de la locura del rey y las implicaciones éticas de las decisiones tomadas por aquellos que lo rodean. La película plantea preguntas incómodas sobre la legitimidad del poder, la responsabilidad moral y la naturaleza del consentimiento. La historia se narra desde la perspectiva de Carolina, lo que le confiere una voz a la joven y, al mismo tiempo, permite al espectador cuestionar la veracidad de sus percepciones. Se trata de un relato de desengaños y decepciones, de una mujer que se ve obligada a perder su inocencia en un mundo corrupto y manipulador. La película se presta a múltiples interpretaciones, y cada espectador puede llegar a sus propias conclusiones sobre los dilemas que enfrentan los personajes.
Finalmente, “Un asunto real” es una obra cinematográfica provocadora y profundamente emotiva, que desafía al espectador a reflexionar sobre los entresijos del poder y la fragilidad de la condición humana. No es una película fácil de ver, pero es una experiencia cinematográfica que vale la pena vivir.
Nota: 8.5/10