“Un cálido diciembre” es una película que, al principio, podría parecer una más en el género romántico invernal, pero que, a medida que avanza, se revela como una reflexión sutil pero potente sobre el miedo al compromiso y la dificultad de abrirse nuevamente al amor. La dirección de Marc Webb logra un equilibrio delicado entre el tono ligero y acogedor de la comedia romántica y la melancolía que subyace en la historia de Matt Younger (Chris Evans), un psicólogo experto en el manejo de la pérdida que ha construido una barrera emocional impenetrable para protegerse del dolor. Su viaje a Londres, motivado por la visita a su hija, se convierte en un catalizador inesperado, y la presencia de Catherine (Mackenzie Foy) desata una serie de eventos que obligan a Matt a confrontar sus fantasmas y a cuestionar su incapacidad para amar.
Chris Evans, como siempre, ofrece una interpretación honesta y entrañable. Su Matt es un hombre vulnerable, en conflicto consigo mismo, y la actuación de Evans le permite transmitir ese conflicto interno con una sutileza que es crucial para el éxito de la película. No se trata de un héroe convencionalmente carismático; es un hombre herido, que lucha por superar su pasado. La química entre Evans y Foy es palpable, aunque no llega a ser la más explosiva del género. Su relación se construye gradualmente, con un ritmo pausado que permite al espectador conectar con las emociones de ambos personajes. Mackenzie Foy, por su parte, interpreta a Catherine con una inocencia y una madurez que contrastan con la edad de la actriz, y aporta una vitalidad refrescante a la historia. Sin embargo, en algunos momentos la actuación de Foy podría haber beneficiado de una mayor expresividad.
El guion, en gran medida, es la pieza más valiosa de la película. La trama no se centra en clichés románticos típicos, sino que explora la complejidad de las relaciones humanas, la responsabilidad y el miedo a repetir experiencias dolorosas. La escritura es inteligente y evita los simplismos, presentando a los personajes como individuos con defectos y motivaciones comprensibles. La película se beneficia de un guion que plantea preguntas sobre el amor verdadero, la aceptación y la búsqueda de la felicidad. El uso de flashbacks, aunque no excesivo, sirve para arrojar luz sobre el pasado de Matt y entender las razones detrás de su actitud. Sin embargo, algunos diálogos resultan un poco forzados, buscando demasiado la emotividad y perdiendo cierta naturalidad.
Visualmente, “Un cálido diciembre” es una película agradable, con una estética cálida y acogedora que se adapta a la época navideña. Los escenarios de Londres son bellos, y la banda sonora, con melodías evocadoras, complementa a la perfección la atmósfera general. La película, en definitiva, es un título recomendable para aquellos que buscan una comedia romántica con un toque de melancolía y una reflexión sobre la importancia de aprender a amar de nuevo, sin caer en los convencionalismos del género. Es una película que no dejará huella imborrable, pero sí que ofrece un agradable viaje emocional y visual.
Nota: 7/10