Un cebo llamado Elizabeth (1983)

“Un Cebo Llamado Elizabeth” es una película que, en principio, parece una comedia negra con un toque de thriller, pero que al final se revela como una experiencia cinematográfica inquietante y, en gran medida, decepcionante. Dirigida por Antonio B. García y con una guionización que intenta equilibrar el humor y el suspense, la película se encuentra atrapada en su propia ambición de ser algo que no es, creando una narrativa que se diluye en un torbellino de clichés y momentos artificiales.

La dirección de García intenta crear una atmósfera de tensión constante, y en ocasiones lo logra con discreción. La fotografía, aunque en general decente, tiende a ser demasiado pulida, perdiendo la naturalidad que podría haber añadido autenticidad a la historia. Se nota que hay un intento de imitar la estética de algunas películas de espías clásicas, pero la película carece de la sutileza y el estilo propio de esos referentes. El montaje, en cambio, es irregular: momentos frenéticos y acelerados contrastan con secciones excesivamente lentas, desnaturalizando el ritmo narrativo.

El corazón de la película reside, como es lógico, en las actuaciones de sus protagonistas. Lena Olin, en el papel de la madre de Elizabeth, ofrece una interpretación magistral, cargada de matices y un realismo conmovedor. Su personaje es complejo y ambiguo, y Olin la explota al máximo, transmitiendo una mezcla de fragilidad y determinación que la convierte en el punto de anclaje emocional de la película. Sin embargo, la propia Elizabeth, interpretada por Greta Martini, se siente más como una marioneta que como un personaje con una personalidad definida. Su ingenuidad, aunque necesaria para el desarrollo de la trama, se ve al borde del caricaturesco, perdiendo credibilidad en varios momentos.

El guion, sin duda, es el punto más débil de la película. La trama de terrorismo internacional, supuestamente compleja, resulta ser en gran medida predecible y llena de agujeros argumentales. Los diálogos son a menudo torpes y expositivos, y la motivación de los personajes, especialmente de aquellos involucrados en el mundo del espionaje, no siempre es clara. El humor, prometido en la sinopsis, se reduce a ocurrencias ocasionales que no encajan con el tono general de la película, y la evolución del personaje de Elizabeth, de modelo inocente a participante involuntaria de una conspiración, se siente apresurada y poco creíble.

Finalmente, la película intenta tocar temas como la manipulación, la identidad y la fragilidad de la realidad, pero lo hace de manera superficial, sin profundizar en las implicaciones de estos temas. "Un Cebo Llamado Elizabeth" es, en definitiva, un ejercicio de entretenimiento fallido, que se beneficia más de las actuaciones sólidas de sus protagonistas que de la calidad de su guion. Si buscas una película que te haga pensar o que te sorprenda, esta no es la opción ideal.

Nota: 5/10