Un desastre de altura (2020)

“Un Desastre de Altura” es, en esencia, un thriller familiar que busca mucho más que la simple tensión de un accidente. La película, dirigida por Robert Wise, no se limita a recrear el horror visceral de una avalancha, aunque la espectacularidad visual es indudablemente impresionante. Más interesante es la lenta, deliberada disección de una relación matrimonial que se desmorona bajo la presión de un evento traumático. La película no solo nos ofrece un paisaje alpino majestuoso y amenazante, sino también una mirada cruda y a veces incómoda a la fragilidad de los lazos familiares y el peso de los arrepentimientos.

El guion, escrito por James Clavell y Robert Towne, si bien comienza con la fuerza de un accidente inesperado, se enfoca rápidamente en el desarrollo emocional de los personajes principales, Thomas y Elizabeth. La situación de la avalancha funciona como catalizador, forzando a la pareja a confrontar secretos y resentimientos que habían estado enterrados durante años. El guion no se adentra en profundidades psicológicas excesivas, priorizando la construcción de la tensión dramática y la creación de una atmósfera de inquietud constante. Aunque algunos momentos pueden parecer un tanto melodramáticos, la película logra mantener al espectador comprometido con el destino de los personajes. La ambigüedad moral es un recurso inteligente; no se juzga a ninguno de los protagonistas, permitiendo al público reflexionar sobre sus acciones y motivaciones.

Las actuaciones son un pilar fundamental de la película. Jeff Bridges, como Thomas, ofrece una interpretación matizada y llena de matices, transmitiendo a la perfección la culpa, el dolor y la desesperación del personaje. También es destacable la actuación de Diane Vennetti, que personifica a Elizabeth con una mezcla de fuerza y vulnerabilidad. La química entre Bridges y Vennetti es palpable, y sus interacciones son el corazón emocional de la película. La dirección de Wise es segura, empleando un ritmo pausado y deliberado que contribuye a la atmósfera de suspense. La cinematografía es hermosa, con planos que resaltan la grandiosidad y el peligro de los Alpes, pero también la intimidad de los personajes.

A pesar de su calidad técnica y las sólidas actuaciones, “Un Desastre de Altura” no es una obra maestra del cine. El guion, aunque efectivo, a veces recurre a clichés del género thriller familiar. Sin embargo, la película es memorable por su capacidad para generar tensión, su honestidad en la representación de las dificultades de la vida marital y su espectacularidad visual. Es un thriller que permanece en la mente mucho después de que los créditos finales hayan empezado a rodar, invitando a la reflexión sobre la importancia de los vínculos familiares y la necesidad de confrontar el pasado.

Nota: 7/10