Un diario para Jordan (2021)

“Un diario para Jordan” es un ejercicio de corazón puro, una historia de amor improbable que se te aferra a la piel y te obliga a confrontar la fragilidad y la belleza inherentes a la existencia. La película, dirigida por Michael Winterbottom, no pretende ser una épica de guerra, sino un retrato íntimo y honesto de una relación que desafía las probabilidades y explora las profundidades del amor y la pérdida.

La película se centra en Charles Monroe King, un sargento de la Guardia Nacional desplegado en Irak, y sus cartas escritas a su hijo Jordan, un niño pequeño que no puede entender la ausencia de su padre. A través de estas cartas, King no solo expresa su amor incondicional, sino que también intenta transmitirle consejos prácticos y lecciones de vida. La dirección de Winterbottom consigue trasladar de manera efectiva la sensación de aislamiento y la lucha constante contra las circunstancias, mostrándonos la vida de King a través de sus palabras, que cobran vida en la pantalla. No recurre a la espectacularidad visual, sino que se centra en la comunicación, en la conexión emocional entre padre e hijo, que es la esencia de la narrativa.

La actuación de Pierce Brosnan es, sin duda, el corazón de la película. Brosnan, conocido por su carisma y su imagen de estrella de Hollywood, ofrece una interpretación sutil, vulnerable y profundamente conmovedora. Logra transmitir la fragilidad, el dolor y la determinación de King con una autenticidad que resulta palpable. Su evolución, desde un hombre cínico y traumatizado por la guerra hasta un padre desesperado por mantenerse conectado con su hijo, es gradual y creíble. Complementando su actuación, la de Matthew Rhys como el editor Dana Canedy, es igualmente efectiva, presentando un hombre consumido por el luto y la necesidad de dar voz a la historia de King. Rhys aporta una dignidad y una humanidad a su personaje, lo que evita que la película se convierta en una mera voyeurización de la tragedia.

El guion, adaptado de las memorias de Dana Canedy, es notablemente efectivo. No se sobrecarga con flashbacks o explicaciones innecesarias. La fuerza de la película reside en la simplicidad de su relato, en la honestidad con la que se presentan las emociones y en la delicadeza con la que se maneja el tema de la guerra y la pérdida. La película permite al espectador participar activamente en el proceso de descubrimiento de la historia, construyendo la emoción a medida que avanzan las cartas de King. El ritmo, deliberado y pausado, permite la inmersión total en la vida de los personajes, y la banda sonora, minimalista y evocadora, subraya con maestría el tono melancólico de la historia.

En definitiva, "Un diario para Jordan" es una película que no busca impresionar, sino tocar el corazón. Es un homenaje al amor, a la resiliencia y a la capacidad humana de encontrar significado incluso en las circunstancias más adversas. Es una experiencia cinematográfica que permanece en la memoria con una fuerza y un impacto duraderos.

Nota: 8/10