Un entrenador genial (2005)

“Un entrenador genial” (en su título original, "Bluff Talk") no es un hito cinematográfico, pero sí una experiencia cinematográfica agradable y, sorprendentemente, conmovedora. La película, dirigida por Charles Shaviss, se basa en una premisa relativamente sencilla: un padre excesivamente competitivo intenta frustrar los esfuerzos de su hijo, ahora entrenador de un equipo de fútbol infantil, solo para descubrir que su propio padre es el entrenador del equipo rival. La idea, en sí misma, podría haber resultado en un fiasco cómico, pero la película logra, a pesar de sus algunos tropiezos, construir una historia con matices y sorprendentes momentos de humor genuino.

Will Ferrell, como siempre, ofrece una actuación magistral. Su Phil Weston es un personaje profundamente endeudado con la ira y la frustración, un hombre que ha tenido que lidiado con la constante presión y la competitividad de su padre. Ferrell no se limita a caricaturizar el personaje; le inyecta una vulnerabilidad y una sinceridad que lo hacen increíblemente relatable. La comedia, en gran medida, surge de las reacciones de Phil a la situación, de sus intentos torpes de contrarrestar la superioridad de su padre. La química entre Ferrell y Robert Duval, interpretando a Buck, es, sin duda, uno de los mayores atractivos de la película. Duval, con su presencia imponente y su mirada penetrante, ofrece una interpretación sutil y compleja de un hombre marcado por la ambición y el resentimiento.

El guion, escrito por Brian Persson y Charles Shaviss, se beneficia de la sólida actuación de los actores, pero también se enfrenta algunos desafíos. La historia, aunque entretenida, a veces se siente un tanto predecible y recurre a algunos clichés de la comedia familiar. Sin embargo, la película logra evitar la mera comedia slapstick y se centra más en la exploración de las relaciones familiares, el legado de la competitividad y la búsqueda del perdón. La película aborda, aunque de manera sutil, el trauma infantil y las consecuencias de la presión parental, ofreciendo una perspectiva inesperadamente emotiva. La dirección es competente, con momentos visuales agradables y una buena puesta en escena para las escenas de fútbol. La banda sonora, que incorpora temas de rock clásico y música infantil, complementa a la perfección el tono de la película.

En definitiva, "Un entrenador genial" es una comedia familiar con una pizca de drama familiar que, a pesar de sus imperfecciones, ofrece entretenimiento y, quizás más importante, un mensaje sobre la importancia de perdonar y aceptar el pasado. Es una película que, aunque no deja una huella profunda, se queda en la memoria con una sonrisa genuina.

Nota: 6.5/10