Un funeral de muerte (2010)

“Un funeral de muerte” es, en su esencia, una película que te obliga a sentarte y prestar atención. No es una obra maestra que dejará una huella imborrable, pero tampoco es un respiro superficial. Se trata de un thriller familiar que, a pesar de sus elementos de melodrama y un ritmo a veces deliberadamente pausado, logra mantenerte enganchado hasta el final, aunque no siempre por las razones más lógicas. La película se presenta como una profecía autocumplida, un presagio del caos que se avecina, y esta atmósfera de tensión latente es, en gran medida, lo que la hace tan efectiva.

La dirección de David Green es segura y cuidadosa. No se deja llevar por la espectacularidad, ni por giros argumentales imposibles. Prioriza la construcción del suspense, creando un ambiente opresivo que permea cada escena. La utilización de planos largos, a menudo centrados en los rostros de los personajes, intensifica la sensación de incomodidad y sospecha. El uso de la luz y la sombra es especialmente notable, contribuyendo a la atmósfera de misterio y a la sugerencia de lo que se esconde tras las apariencias. Es un estilo que, aunque no sea revolucionario, es muy adecuado para el material.

El elenco es, en general, sólido. Matthew McConaughey, como el patriarca recién fallecido, ofrece una interpretación contenida y sutil, transmitiendo la melancolía y el peso de los secretos que carga. Elizabeth Banks, en el papel de una hermana ambigua, destaca por su carisma y su capacidad para generar conflicto. Pero es el resto del elenco – incluyendo a Kyle Chandler y Allison Janney – quienes realmente sostienen la película con sus interpretaciones matizadas y sus papeles secundarios, donde se revelan los verdaderos motivos que se encuentran detrás de cada mirada.

El guion, aunque no carece de clichés del género, logra mantener una sensación de incertidumbre. La trama se desarrolla a medida que los miembros de la familia llegan a la mansión, exponiendo gradualmente las tensiones y los secretos que los unen. La película juega con la perspectiva, planteando constantemente la duda sobre quién es realmente el culpable o quién está mintiendo. Sin embargo, la lógica de algunos de los diálogos y las motivaciones de ciertos personajes, a veces, se ven afectadas por un exceso de melodrama que resta credibilidad a la historia. La resolución, aunque satisfactoria para cerrar el círculo argumental, podría haber sido más elaborada y con mayor profundidad.

En definitiva, “Un funeral de muerte” es un thriller familiar que ofrece una buena dosis de suspense y misterio. No es una película que te haga pensar en profundidad, pero sí te mantiene en vilo hasta el final, gracias a su atmósfera tensa, sus personajes complejos y sus giros argumentales. Es un entretenimiento sólido, aunque con margen de mejora.

Nota: 7/10