“Un gallo con muchos huevos” (o "The Rooster That Laid Many Eggs" para los más puristas) es una película que, a primera vista, parece una fábula inocua y con un mensaje moralizante. Sin embargo, tras un primer impacto visualmente atractivo, se revela como una comedia de acción peculiar y sorprendentemente efectiva. La dirección de Steve Bailey es notablemente estilizada, con una paleta de colores vibrantes y una fotografía que recuerda a los dibujos animados de los años 50, pero sin caer en la nostalgia kitsch. Bailey logra un equilibrio entre lo caricaturesco y lo dramático, creando un mundo de ranchos, gallinas y rivalidades territoriales que es a la vez ridículo y cautivador. Se nota una clara influencia de la animación clásica, con una dinámica de cámara y movimientos que recuerdan a las caricaturas animadas, pero aplicada a la realidad de un rancho de gallinas. Esto le otorga una personalidad única y una frescura visual que ayuda a diferenciar la película.
El reparto vocal es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. La voz de Tait Heslin como Toto es absolutamente convincente, logrando transmitir la inocencia inicial del pollito que se transforma en un gallo valiente y determinado. Sin embargo, la película no se limita a sus voces; las interpretaciones de los personajes secundarios, incluyendo al villano, cuentan con un gran trabajo de voicing y actuación que le da profundidad y complejidad a las tramas secundarias. La rivalidad entre Toto y el gallo agresivo, interpretado con una amenaza palpable por el actor que lo da vida, es el núcleo de la narrativa y las actuaciones acentúan esa tensión con un equilibrio perfecto. No se explora en profundidad la psicología de los personajes, lo que podría haber sido un punto débil, pero la naturaleza de la película como comedia ligera permite una cierta ligereza en este aspecto.
El guion, escrito por Steve Bailey, es donde reside la verdadera inteligencia de la película. Se basa en un cliché de la comedia de acción – la batalla final entre gallos – pero lo transforma en algo inesperado y entretenido. El desarrollo de Toto, desde su nacimiento tímido hasta su entrenamiento implacable, es uno de los aspectos más destacados. Se utilizan metáforas sencillas pero efectivas para representar el crecimiento personal y la valentía. El tono de la película oscila entre la comedia slapstick y la acción, creando momentos memorables de humor y tensión. Aunque el argumento no es especialmente original, la ejecución es sólida y el ritmo es constante, manteniendo al espectador enganchado. La película aborda temas como la ambición, la valentía, la amistad y la importancia de la perseverancia, pero lo hace de una manera muy accesible y divertida. La trama se centra en la lucha por la propiedad, pero también explora la dinámica familiar y la lealtad, aportando una dimensión emocional que va más allá de la simple comedia.
En definitiva, "Un gallo con muchos huevos" es una comedia de acción animada con un encanto particular. Es una película que ofrece entretenimiento puro, con un estilo visual distintivo y un mensaje positivo. No es una obra maestra cinematográfica, pero cumple su cometido de manera efectiva y ofrece una experiencia visual y sonora agradable. Es una película para disfrutar sin pretensiones, ideal para ver con la familia.
Nota: 7/10