Un gato callejero llamado Bob (2016)

“Un gato callejero llamado Bob” es una película que, a pesar de su aparente sencillez, logra ofrecer una experiencia cinematográfica sorprendentemente rica y conmovedora. La película, dirigida por Christian Carion, se basa en la aclamada autobiografía de James Bowen, y se trata de una narración de la relación improbable y transformadora entre un joven músico sin hogar y un gato callejero que, contra todo pronóstico, le devuelve la esperanza a su vida. La película no se aferra a la espectacularización del melodrama, sino que, en cambio, se centra en la autenticidad emocional y en la belleza sutil de un vínculo que surge en las entrañas de la ciudad.

La dirección de Carion es notablemente discreta, permitiendo que el relato se desarrolle con una naturalidad que se asemeja a un documental. Se evita la sobreexposición y las soluciones fáciles, optando por mostrar la vida de James en Londres, sus dificultades económicas, su soledad y su constante lucha por sobrevivir. La ambientación es impecable, la ciudad se convierte en un personaje más, mostrando su dureza, su anonimato y, al mismo tiempo, su espíritu de comunidad. La película evoca las calles de Londres con un detalle realista que contribuye a la inmersión del espectador.

La actuación de Luke Hawker como James Bowen es brillante. Hawker transmite con sutileza la vulnerabilidad, la desesperanza y, eventualmente, la alegría que experimenta el personaje. Su evolución es gradual y creíble, y logra que el espectador se conecte profundamente con su lucha. Sin embargo, el verdadero corazón de la película reside en la interpretación de Dexter. El gato, interpretado por varios felinos, logra un desempeño impresionante. Dexter no es simplemente un gato de reparto; es el catalizador de la transformación de James, su consuelo, su confidente y, en última instancia, su salvador. La química entre Hawker y Dexter es palpable y contribuye enormemente al impacto emocional de la película.

El guion, adaptado del libro, no intenta simplificar la historia ni imponer soluciones. Muestra las dificultades de James, como su adicción a las drogas y su constante búsqueda de un sustento. No romantiza la vida callejera, sino que la presenta como una realidad dura y a menudo desesperada. A su vez, el guion evita adornos innecesarios y se centra en los momentos esenciales de la relación entre James y Bob. La película se permite momentos de humor, sí, pero siempre situados dentro del contexto de las dificultades de James, evitando que la comedia resta importancia a su situación. La evolución del personaje de James, impulsada por la presencia de Bob, es lo que da sentido a la narrativa. La película no ofrece un final perfecto, sino que se centra en la posibilidad de un futuro mejor, una idea que, al final, es mucho más poderosa que un desenlace feliz. El guion, en general, es realista, honesto y respetuoso con la historia original.

La película, aunque no es una obra maestra del séptimo arte, es un relato conmovedor y auténtico. "Un gato callejero llamado Bob” es una historia sobre la redención, la esperanza y el poder de las conexiones humanas y felinas. Es un recordatorio de que, a veces, la mayor alegría y el mayor consuelo se encuentran en los lugares más inesperados. Una película que, definitivamente, te tocará el corazón.

Nota: 8/10