Un grito en la niebla (1960)

“Un Grito en la Niebla” no es un thriller de suspense puro, aunque eso no le impide ofrecer momentos de tensión palpable. James Watkins, director conocido por su trabajo en “Rings”, nos entrega una película que, a primera vista, recuerda a clichés del género, pero que, al final, se distingue por su atmósfera opresiva y su enfoque en la psicología de sus personajes. La película se centra en la protección de la esposa de un magnate, Amanda Beale (Mia Wasikowska), que recibe amenazas de muerte a través de un mensaje en un cassette. La policía, liderada por el detective Zack Mayo (Ryan Reynolds), se encarga de asegurar su seguridad, pero la creciente paranoia y el descubrimiento de secretos oscuros en el pasado de Amanda complican la situación, creando una espiral de miedo que se convierte en un verdadero laberinto para todos los involucrados.

El director Watkins construye magistralmente la atmósfera de incomodidad y desconfianza. La película se desarrolla en un entorno rural, con casas aisladas y niebla constante, un recurso visual que potencia la sensación de aislamiento y amenaza invisible. La fotografia de Jasper Wolf es fundamental para esta atmósfera, utilizando tonalidades grises y apagadas que reflejan el estado psicológico de los personajes y el ambiente claustrofóbico de la historia. El sonido, con su banda sonora inquietante y los efectos de sonido sutiles, es otra herramienta clave para mantener la tensión a lo largo de la narrativa. Watkins evita el uso excesivo de jumpscares, optando por un terror más lento y psicológico que, aunque quizá no entusiasme a todos los espectadores, resulta mucho más efectivo a largo plazo.

Ryan Reynolds, más allá de su habitual encanto, ofrece una interpretación sólida como el detective Mayo. Logra transmitir la frustración y el desgaste emocional que su trabajo le provoca, mostrando un lado menos heroico y más humano de su personaje. Mia Wasikowska, por su parte, entrega una actuación convincente como Amanda, transmitiendo la vulnerabilidad y la creciente desesperación de una mujer atrapada en una red de secretos. El resto del reparto, incluyendo a Vincent Cassel, contribuye a la riqueza del material. Cassel, en particular, ofrece una interpretación inquietante como un hombre aparentemente normal con un pasado sombrío.

Sin embargo, el guion, aunque presenta momentos interesantes y una trama intrincada, a veces tropieza con algunas convenciones del género. Algunos giros argumentales, aunque efectivos, pueden resultar predecibles para el espectador experimentado. Además, la película se apoya en un desarrollo de personajes que, si bien es adecuado para el género, podría haber sido más profundo y explorado con mayor detalle. La construcción del misterio, aunque bien ejecutada, carece de un 'gancho' central que realmente impulse la trama hacia adelante. La película se deja consumir, pero no termina de dejar una impresión duradera. El final, aunque satisfactorio en cierto sentido, podría haber sido más ambicioso y provocador.

A pesar de sus fallos, “Un Grito en la Niebla” es una película recomendable para aquellos que disfrutan del thriller psicológico con una fuerte dosis de suspense y una atmósfera opresiva. No es una obra maestra, pero sí un entretenimiento sólido con buenas actuaciones y una dirección competente.

Nota: 6.5/10