Un hombre lobo entre nosotros (2021)

“Un Hombre Lobo Entre Nosotros” (Wolf Creek Killer) de Gore Verbinski no es una película que te deje dormido. A diferencia de muchos thrillers de supervivencia, no se basa en una persecución constante, sino que se construye lentamente, sobre la base de la paranoia, el aislamiento y la fragilidad de la psique humana. La película, que a menudo se confunde con su predecesora "El Silencio de los Corderos", logra crear una atmósfera de inquietud constante, gracias en gran parte a la dirección magistral de Verbinski, quien explota al máximo el paisaje agreste y la fotografía sombría para sumir al espectador en la desesperación de los protagonistas. La película no busca la espectacularidad en los efectos especiales; en cambio, se centra en los pequeños detalles, las miradas furtivas, los sonidos inquietantes y el silencio sepulcral que anticipan la llegada del horror.

La historia, centrada en un guardabosques novato, Lucas, que llega a un remoto pueblo de Texas para ayudar en la construcción de un oleoducto, es un terreno fértil para explorar la naturaleza humana en sus aspectos más oscuros. El encuentro con tres hombres, aparentemente perdidos en el bosque, siempre ha sido un pretexto para que la trama se desarrolle, pero la película va más allá de lo obvio, retratando cómo el miedo y la desconfianza pueden transformar a los más comunes en monstruos. La actuación de Evan Brookhouser como Lucas es particularmente convincente, transmitiendo la desesperación y el creciente horror de un hombre que lucha por mantener la cordura mientras se enfrenta a una amenaza invisible. La interpretación de los hombres, en especial la de Guy Pearce, es crucial para el desarrollo del suspense, mostrando las capas de maldad y la fragilidad moral que se esconde bajo la apariencia de normalidad.

El guion, adaptado por Robert Winter y Aaron Dembski-Bowden, es sólido y efectivo. Evita la dependencia de clichés del género, enfocándose en la construcción psicológica de los personajes y la gradual intensificación de la tensión. El ritmo pausado, aunque a veces podría sentirse un poco lento para algunos espectadores, es fundamental para lograr el efecto deseado: que el espectador sienta la misma angustia y desasosiego que experimentan los protagonistas. No se trata de buscar una gran revelación, sino de mostrar cómo la verdadera amenaza reside en la mente y en las acciones de los propios personajes. La película explora la idea de que el monstruo no siempre es una criatura sobrenatural, sino que puede ser una persona común que, en circunstancias extremas, revela su lado más oscuro. El terror reside en la posibilidad de que cualquiera de nosotros pueda ser un “hombre lobo” en nuestras propias vidas.

A pesar de su lentitud en algunos momentos, "Un Hombre Lobo Entre Nosotros" es una experiencia cinematográfica inquietante y memorable. Es una película que permanece en la mente mucho después de que los créditos finales han rodado, obligándote a cuestionar la naturaleza de la bondad y el mal, y a temer lo que se esconde en las sombras de nuestra propia existencia. Una obra maestra del terror psicológico con un tono visceral y una atmósfera opresiva.

Nota: 8/10