Un hombre solo (2020)

“Un hombre solo” (Solo Man) es, en esencia, una película sobre la incomunicación y la dificultad de aceptar perspectivas diferentes. Dirigida con sensibilidad por John Woo, un veterano del cine de acción, la película se aleja significativamente de su habitual estilo, ofreciendo una experiencia más íntima y emocionalmente resonante. La decisión de Woo de centrarse en este drama familiar, en lugar de las explosiones y persecuciones que lo caracterizaron, es refrescante y demuestra una evolución artística notable.

El guion, adaptado de una novela de Paul Auster, se construye con un ritmo pausado pero metódico. No se apresura a ofrecer respuestas fáciles o soluciones simplistas. En cambio, permite que el conflicto entre John Petersen (Bryan Cranston) y su padre Willis (Bill Paxton) se desarrolle gradualmente, a través de conversaciones fragmentadas, miradas incómodas y momentos de silencio cargados de significado. La tensión no reside en la acción, sino en la falta de comprensión mutua y en la incapacidad de ambos para expresar sus sentimientos. Se siente la ausencia de un diálogo profundo, a menudo reemplazado por miradas que transmiten una angustia palpable. A pesar de esto, la película logra transmitir la complejidad de una relación familiar marcada por el resentimiento y la añoranza de tiempos pasados.

Las actuaciones son, sin duda, el punto fuerte de la película. Bryan Cranston ofrece una interpretación magistral como John, un hombre atrapado en una existencia monótona y marcada por el dolor. Su actuación es sutil y llena de matices, transmitiendo la frustración, el miedo y la soledad de un hombre que ha perdido a su esposa y que se siente aislado. Bill Paxton, por su parte, encarna a Willis con una mezcla de terquedad, orgullo y vulnerabilidad. Su interpretación es convincente, mostrando un hombre que se aferra a sus ideas preconcebidas y que, en el fondo, anhela el afecto de su hijo. La química entre ambos actores es excepcional, logrando que el espectador sienta la distancia entre ellos pero también la posibilidad de conexión.

Visualmente, la película es hermosa, utilizando la luz del sur de California para crear una atmósfera melancólica y evocadora. Los planos largos, a menudo enfocados en los rostros de los personajes, intensifican el impacto emocional de la historia. La dirección de arte y la fotografía contribuyen a establecer un tono contemplativo y reflexivo, invitando al espectador a meditar sobre la importancia de la comunicación y la aceptación. No obstante, a veces la lentitud puede llegar a resultar un poco excesiva, y la película podría haberse beneficiado de algunos momentos más dinámicos.

Nota: 7/10