Un ladrón de cuatro manos (1994)

“Un Ladrón de Cuatro Manos” es una comedia familiar que, en lugar de ofrecer una revolución narrativa, se aferra a una premisa curiosa y a un ritmo desenfadado que, en última instancia, resulta ligeramente artificioso. La película, dirigida por David Ireland, se presenta como un cuento con moraleja sobre la incomunicación familiar y la necesidad de conexión, pero le resta profundidad a sus personajes y a su mensaje a través de una ejecución que a veces se siente calculada en lugar de orgánica.

El núcleo de la historia, la relación entre Amy y Eva, ofrece una oportunidad para explorar las frustraciones de la adolescencia y el desapego filial. Sin embargo, las actuaciones de los protagonistas, especialmente la de Lily James como Amy, son algo desiguales. James transmite la angustia de una madre intentando equilibrar las demandas de dos hijos, pero a veces se siente un tanto estereotipada, atrapada en un cliché de la madre “sobrecargada”. El personaje de Ava Corr, interpretada por Claire Foran, aporta un toque de inocencia y vitalidad al guion, con una química interesante con Lily James, aunque su arco argumental no alcanza la complejidad que podría haber tenido.

La trama del mono ladrón, aparentemente absurda, es la que realmente impulsa la película y, en gran medida, la mantiene entretenida. La idea de un mono entrenado para robar a turistas, impulsado por un propietario con una visión poco convencional de la vida, es un concepto original y visualmente agradable. La puesta en escena, con escenas de robo ágiles y creativas, y el diseño de producción, particularmente en la casa del propietario, son puntos fuertes de la película. Sin embargo, el guion, escrito por Paul Caine, se atasca en momentos de humor fácil y situaciones previsibles. Las bromas, aunque algunas resultan efectivas, se basan a menudo en la repetición y en gags visuales que no aportan riqueza al argumento.

La dirección, aunque competente, carece de una visión particular. David Ireland se limita a plasmar la acción y el humor, sin profundizar en los matices emocionales de los personajes. La película no explora a fondo las razones detrás del distanciamiento entre Amy y Eva, ni tampoco las motivaciones del propietario del mono. El resultado es una historia que se siente incompleta, con personajes secundarios que merecen más desarrollo y con un mensaje que, aunque presente, no llega a resonar con fuerza.

A pesar de sus defectos, “Un Ladrón de Cuatro Manos” ofrece un entretenimiento ligero y visualmente atractivo, especialmente para el público familiar. La comedia, aunque no siempre original, y la presencia del mono robador lo hacen una opción decente para una noche de cine. No obstante, es una película que podría haber aprovechado su premisa más original para ofrecer una experiencia cinematográfica más significativa y completa.

Nota: 6/10