Un lío padre (1997)

“Un lío padre” es, en esencia, una comedia de errores, un ejercicio de chistes rápidos y situaciones absurdas que, aunque no alcanza la brillantez de sus predecesores en el género, ofrece un entretenimiento decente y, en ocasiones, sorprendentemente entretenido. Dirigida por Roger Mortimer, la película se basa en la premisa de un crossover improbable entre dos vidas diametralmente opuestas, y el resultado es una mezcla peculiar de humor y drama que, a pesar de sus fallas, cumple su cometido principal: hacer reír.

La dirección de Mortimer se centra en la creación de un ambiente cómico constante, con diálogos ágiles y situaciones dignas de ser risas. No obstante, el ritmo a veces resulta un poco frenético, lo que resta profundidad a algunos momentos clave. A veces, la comedia se siente más como un torrente de gags que una evolución orgánica de las relaciones entre los personajes. Sin embargo, Mortimer sabe cómo crear momentos de genuina tensión y emoción, especialmente cuando la búsqueda del hijo adolescente, Max, entra en un terreno más serio. Los flashbacks, aunque a veces un poco forzados, contribuyen a revelar las motivaciones y el pasado de Jack y Dale, elementos esenciales para entender su inusual alianza.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Steve Martin y Dan Aykroyd, dos pesos pesados de la comedia, se complementan bien, aprovechando su química natural para crear personajes entrañables y, a veces, exasperantes. Martin, como Jack, aporta un humor más sofisticado y a la vez nervioso, mientras que Aykroyd, como Dale, deslumbra con su energía desbordante y su capacidad para improvisar. Los actores secundarios, como la esposa de Jack, Elizabeth, interpretada por Penelope Ann Miller, también ofrecen contribuciones destacadas.

El guion, escrito por los propios Martin y Aykroyd, se beneficia de su experiencia en el género, pero también sufre de algunos clichés y diálogos a veces insulsos. La trama, aunque inicialmente prometedora, se complica en algunos puntos, y algunas decisiones argumentales resultan un poco forzadas. El tema central de la paternidad y la redención, aunque secundario, se aborda con cierta sensibilidad, y la película sugiere que, a veces, los lazos familiares no se definen solo por la sangre, sino por la voluntad de hacer lo correcto. La comedia, a pesar de sus momentos brillantes, se beneficia de la honestidad de la película al mostrar las complejidades de la familia y el sacrificio.

En definitiva, "Un lío padre" es una película divertida y entretenida, pero no especialmente memorable. No es una obra maestra, pero ofrece un buen rato de entretenimiento y demuestra que, incluso los personajes más dispares, pueden encontrar un camino hacia la reconciliación y el entendimiento. Es un ejemplo de comedia moderna que intenta conectar con el público a través de situaciones lo más cotidianas posibles.

Nota: 6/10