Un lugar tranquilo: Día uno (2024)

“Un Lugar Tranquilo: Día Uno” es una experiencia cinematográfica visceral y perturbadora, que se erige como una sólida (aunque predecible) precuela de las entregas originales. La película no se limita a replicar la fórmula de terror de sus predecesas; en cambio, se sumerge en la angustia inmediata y el caos absoluto de los primeros momentos de una invasión alienígena en lo que antaño fue la vibrante metrópolis de Nueva York. La dirección de Michael Mohan y Gareth Edwards demuestra una notable habilidad para transmitir el pánico y la desesperación, empleando una paleta de colores apagados y una fotografía sombría que acentúan la sensación de aislamiento y amenaza inminente.

Lo más destacable de “Día Uno” reside en la creación de una atmósfera opresiva y claustrofóbica. El film se centra casi exclusivamente en la perspectiva de Sam (Alicia Vikander), una mujer que se encuentra atrapada en su apartamento durante los primeros 20 minutos. Este arranque, deliberadamente lento, es crucial porque permite al espectador experimentar, de primera mano, la inminente llegada de la amenaza. Mohan y Edwards evitan el uso de jump scares baratos, optando por una tensión constante que se basa en el sonido, la sombra y la incertidumbre. La banda sonora, inquietante y minimalista, amplifica la sensación de peligro latente.

Alicia Vikander ofrece una actuación notable, representando a Sam con una mezcla de vulnerabilidad y determinación. Su mirada, a menudo cargada de temor y desesperación, es el eje central de la narrativa. Aunque el guion se limita a su experiencia personal, Vikander logra transmitir un universo interior completo, evidenciando el trauma y la lucha por la supervivencia. El reparto secundario, aunque no tan desarrollado, proporciona algunos momentos interesantes, principalmente mediante cameos de personajes clave de las entregas anteriores, que ofrecen fragmentos de recuerdos y establecen la cronología de los eventos.

Sin embargo, el guion, aunque sólido en su construcción de la atmósfera, carece de la profundidad y la complejidad de las películas originales. Las explicaciones sobre la naturaleza de los invasores y sus motivaciones son escasas, relegando la trama a un nivel más básico de “sobrevivir o perecer”. Si bien esta economía narrativa contribuye a la sensación de urgencia, también limita el potencial de la historia. Además, la acción, cuando llega, se siente algo apresurada y a veces, carente de la visceralidad que se esperaría considerando la amenaza planteada. A pesar de ello, la película logra mantener la atención del espectador gracias a su atmósfera inmersiva y su protagonista convincente.

En definitiva, “Un Lugar Tranquilo: Día Uno” es un sólido entretenimiento de terror que, aunque no alcanza la grandeza de sus predecesas, ofrece una experiencia cinematográfica memorable y perturbadora. Es una precuela que justifica su existencia y que, para los fans de la saga, constituye una adición valiosa al universo de terror de “Un Lugar Tranquilo”.

Nota: 7/10