“Un Mañana Mejor” es una película que, a pesar de sus pretensiones, logra mantenerte pegado a la pantalla gracias a una mezcla intrigante de drama familiar y thriller criminal. La película, dirigida con una cautela digna de estudio, explora las complejas consecuencias de las decisiones tomadas y el peso del pasado, temas que, si bien no son innovadores, se materializan de forma efectiva en la historia de Ho, Mark y Kit. La premisa, centrada en la disfuncionalidad de una familia marcada por la ilegalidad, plantea preguntas profundas sobre la lealtad, el perdón y la búsqueda de redención.
La dirección de arte y la cinematografía son elementos sobresalientes. La paleta de colores, predominantemente apagada, refleja el estado de ánimo opresivo de los personajes y la atmósfera de los ambientes, tanto de la ciudad como de los burdeles donde se desarrolla una parte importante de la trama. Se hace un buen trabajo con la iluminación para generar tensión y momentos de intimidad, logrando un contraste visual que remarca los cambios emocionales que experimentan los protagonistas. Sin embargo, a veces la dirección se ve un poco afectada por una narración que no siempre sabe cómo equilibrar la tensión del thriller con la complejidad de las relaciones familiares.
Las actuaciones son, en su mayoría, sólidas. Javier Gutiérrez se muestra convincente como Ho, un hombre consumido por la culpa y la necesidad de rehacer su vida. Su mirada, a menudo llena de tristeza y arrepentimiento, es el eje central de la interpretación. Mark, interpretado por un siempre efectivo Raúl Arévalo, ofrece una actuación más sutil pero igualmente importante. La relación entre ambos, marcada por la desconfianza y el dolor, es el corazón emocional de la película. Sin embargo, la interpretación de Kit, interpretado por un joven Pablo Benicio, a veces se siente un poco plana, perdiendo la oportunidad de profundizar en sus dudas y conflictos internos.
El guion es la parte que más requiere revisión. Si bien la trama se mantiene interesante gracias a la incorporación de elementos de suspense y la amenaza constante de la mafia, la resolución de algunos conflictos se siente un poco apresurada y carente de la profundidad que se merecen. Algunas subtramas, como las relacionadas con el pasado de Ho, podrían haberse desarrollado con mayor detalle para añadir complejidad a la historia. El ritmo, en ocasiones, se siente irregular, alternando momentos de gran intensidad con otros de un desarrollo más lento. A pesar de ello, la película consigue mantenerte enganchado gracias a su temática y la creciente amenaza que se cierne sobre los personajes principales. El desarrollo de la relación entre Ho y Mark Lee, en particular, es uno de los puntos fuertes del guion, logrando transmitir la incomunicación y la dificultad de reconstruir vínculos después de años de conflicto.
Nota: 7/10