Un mar de líos (1987)

“Un mar de líos” es una comedia romántica que, aunque inicialmente puede parecer una mera fábula sobre el amor y el engaño, en realidad, se presenta como un ejercicio de ingenio y un estudio de personajes sorprendentemente bien construido. La película, dirigida con una elegancia que contrasta con la extravagancia de su premisa, logra entretejer una trama que, a primera vista, podría parecer absurda, pero que, al final, genera una sensación de agridulce satisfacción.

La dirección de Brett Ratner se mantiene constante, observando con paciencia el desarrollo de los personajes y el torbellino de situaciones que se generan. No intenta elevar la película a la categoría de comedia brillante, sino que se concentra en la ejecución, utilizando el entorno lujoso del yate como telón de fondo para amplificar las incongruencias y el contraste entre el estilo de vida de Joanna y la honestidad de Dean. La fotografía es impecable, resaltando la opulencia del yate y la belleza del entorno marino, creando una atmósfera visualmente atractiva que complementa la narrativa. Ratner sabe jugar con el ritmo, alternando momentos de tensión con otros de puro entretenimiento, manteniendo al espectador enganchado a la trama.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Chris Vance como Dean Proffitt ofrece una interpretación notablemente madura, mostrando un hombre sencillo, trabajador y con un buen corazón que, forzado por las circunstancias, se ve obligado a reinventarse. Su evolución a lo largo de la película es convincente, y la química con Lyndsy De Novo, quien interpreta a Joanna, es palpable. De Novo, aunque inicialmente encarna la actitud pretenciosa y arrogante de la heredera, consigue humanizar el personaje, permitiendo que el espectador comparta su confusión y su posterior despertar emocional. La relación entre ambos personajes, aunque basada en el engaño inicial, se vuelve genuina y conmovedora gracias al trabajo de las dos actrices.

El guion, adaptado de la novela de Nicholas Evans, es quizás el elemento más brillante de la película. Evita caer en clichés y estereotipos, ofreciendo una trama ingeniosa y llena de giros inesperados. Se presta atención a los detalles, mostrando el impacto emocional de la amnesia en Joanna, así como las consecuencias de las acciones de Dean. La historia aborda temas como la autoestima, la identidad y la búsqueda de la felicidad, pero lo hace de una manera ligera y entretenida. Si bien la premisa inicial es un poco rebuscada, la película encuentra una forma honesta y perspicaz de explorar las implicaciones de la situación, evitando moralizar excesivamente. La estructura narrativa, aunque a veces se siente un poco forzada, contribuye a la tensión y al suspense de la trama.

En definitiva, "Un mar de líos" es una comedia romántica que, más allá de su superficie, ofrece una reflexión sobre la importancia de la autenticidad y la conexión humana. Es un entretenimiento agradable, con buenas actuaciones, una dirección competente y un guion inteligente. No es una obra maestra, pero sí un título recomendable para aquellos que busquen una película ligera y divertida para disfrutar en familia.

Nota: 7/10