Un monje baja de la montaña (2015)

“Un Monje Baja de la Montaña” no es una película que revoluciona el género de artes marciales, ni mucho menos. Sin embargo, ofrece una experiencia cinematográfica satisfactoria y, en cierto modo, nostálgica, evocando la sensibilidad de las películas de Kung Fu de los años 70, con un toque de western y una capa de melodrama que, aunque a veces se siente un poco exagerada, se integra bien en la historia. La película nos presenta a Toba, interpretado de manera convincente por Andy Lau, un joven monje con un pasado turbio y un don excepcional para las artes marciales, que se ve repentinamente obligado a abandonar su comunidad para sobrevivir en un mundo hostil y corrupto.

La dirección de Chan Hon-ki es, en general, sólida. Maneja el ritmo con maestría, equilibrando las escenas de acción acrobáticas con momentos de calma y reflexión que profundizan en el personaje de Toba y su lucha interna. La fotografía, con un uso prominente de la luz natural y los paisajes agrestes de la región del Himalaya, crea una atmósfera visualmente rica y evocadora. La película consigue transmitir la sensación de soledad y aislamiento que experimenta el protagonista, además de realzar la majestuosidad de la naturaleza. Si bien la coreografía de las escenas de lucha, aunque impresionantes en su ejecución, puede resultar un poco estilizada y a veces excesivamente exagerada, no resta valor al compromiso visual y a la fluidez de los movimientos.

El corazón de la película reside, sin duda, en la interpretación de Andy Lau. Su Toba es un personaje complejo y multifacético, marcado por un pasado doloroso pero también por una profunda nobleza y un sentido del honor. Lau no se limita a realizar las acrobacias; transmite la vulnerabilidad y la determinación de un hombre que busca redención. Asimismo, la química entre Lau y Wu Jing, quien interpreta al mentor del monje, es palpable. Wu Jing aporta un peso y una autoridad necesarios al rol del maestro de Kung Fu, complementando la juventud y la rebeldía de Toba. La relación entre ambos no se limita a la simple transmisión de técnicas; se construye un vínculo de respeto y camaradería, fundamental para el desarrollo del personaje.

En cuanto al guion, aunque la premisa no es particularmente original, se desarrolla con coherencia. La trama principal, centrada en la búsqueda del "Libro de los Secretos" y la amenaza de un sindicato corrupto, es suficientemente interesante como para mantener la atención del espectador. Sin embargo, algunos diálogos resultan un tanto expositivos y la resolución final, aunque satisfactoria, es un poco apresurada. La trama se beneficia de explorar temas como la pérdida, el perdón y la lucha contra la corrupción, aunque estos no siempre se presentan de la manera más profunda o matizada.

A pesar de sus imperfecciones, “Un Monje Baja de la Montaña” es una película digna de ver, especialmente para los aficionados al género de artes marciales y al cine asiático. Ofrece un espectáculo visualmente atractivo, un personaje principal carismático y una atmósfera de aventura y drama que lo convierten en una propuesta entretenida y recomendable.

Nota: 7/10