Un mundo a su medida (1998)

“Un Mundo a Su Medida” es, en esencia, una fábula moderna envuelta en un barniz de fantasía juvenile. La premisa, que rápidamente recuerda a obras clásicas como “Matar a un Rockstar” o “El Gran Lebowski”, se centra en la improbable amistad entre Kevin, un chico con una inteligencia y una elocuencia desarmantes, y Max, un joven socialmente incómodo que lucha por encontrar su lugar en el mundo. La película, dirigida por Chris Renaud y Carlos Saldana, se centra en un mensaje universal sobre la aceptación y el valor de la individualidad, pero no siempre lo ejecuta con la sutileza que merece.

La dirección de Renaud y Saldana es competente, construyendo una estética visualmente atractiva. El colorido del pueblo de Havenwood es exuberante y vibrante, pero a veces se siente excesivamente caricaturesco, alejándose de un realismo que podría haber enmarcado mejor las emociones de los personajes. El trabajo de animación, sin embargo, es de la más alta calidad; los movimientos y expresiones de los animales, especialmente los de Max, son increíblemente detallados y llenos de personalidad. La coreografía de las escenas de acción, a menudo cómicas y exageradas, se siente bien pensada y ejecutada con maestría.

Las actuaciones de voz son sobresalientes. Kevin Dillon aporta una profundidad y una vulnerabilidad sorprendentes al papel de Kevin, evitando caer en la caricatura de "el chico listo". Maxvell Kane, como Max, es el corazón de la película; logra transmitir la incomodidad, el miedo y, finalmente, el descubrimiento de su propia valía con una autenticidad conmovedora. El resto del reparto de voces, incluyendo a Bill Hader, es sólido y contribuye al tono cómico general de la película.

El guion, sin embargo, es donde la película tiene sus mayores problemas. Aunque la historia es simple y las intenciones son buenas, la narrativa a veces se siente apresurada y llena de clichés. Los gags y situaciones cómicas, por muy bien ejecutados, pueden resultar repetitivos y predecibles. Además, la trama secundaria relacionada con el tesoro oculto, aunque entretenida, carece de la sustancia necesaria para generar un impacto real. El mensaje central, si bien es importante, se expresa a menudo de forma superficial y sin explorar las complejidades de la inclusión social. Se podría haber profundizado en las razones detrás de la soledad de Max y en las dificultades que enfrenta para conectarse con los demás. La resolución, aunque satisfactoria, se siente algo simplista, casi como una justificación conveniente para el buen final.

En definitiva, “Un Mundo a Su Medida” es una película familiar agradable, con momentos genuinamente conmovedores y un mensaje positivo sobre la amistad y la aceptación. Aunque carece de la profundidad dramática que le permitiría destacar verdaderamente, su belleza visual y las sólidas actuaciones de voz la convierten en una opción decente para una noche de cine en familia.

Nota: 6/10