Un padre de cuidado (2001)

“Un Padre de Cuidado” (o “Dad” como se conoce en inglés) es una comedia de acción sorprendentemente efectiva que, a primera vista, podría parecer un simple ejercicio de “revenge comedy”. Sin embargo, detrás de la fachada de situaciones exageradas y secuencias de lucha improvisadas, se esconde una película con mayor sustancia y una exploración inesperada de la masculinidad y las expectativas sociales. La dirección de Jake Kasdan es pulida y mantiene un ritmo ágil que compensa las carencias de su guion, invirtiendo la energía en la construcción del personaje principal y en el desarrollo de la relación entre Joe y Chuck.

Kevin Hart, como Joe, ofrece una actuación brillante. No se limita a la comedia física habitual de su repertorio. Hart explora con matices el deseo de Joe por el reconocimiento, la frustración de sentirse infravalorado y, finalmente, la necesidad de redefinir su propio concepto de éxito. La película, por momentos, se acerca a un estudio profundo de las presiones que enfrentan los hombres en el ámbito laboral y personal, aunque lo hace con un toque de humor desenfocado y sin tomarse en serio demasiado. La química entre Hart y el veterano actor Nick Nolte, que interpreta a Chuck Scarett, es, sin duda, el punto fuerte de la película. Nolte aporta un aire de sabiduría y vulnerabilidad a su personaje, contrastando de forma cómica pero también conmovedora con la juventud y la impulsividad de Joe.

El guion, aunque no excepcionalmente innovador, funciona bien gracias a la habilidad del guionista Chris Rock. Las situaciones son a menudo absurdas y forzadas – la transformación física de Joe, la lucha contra el jefe, el intento de infiltración en el mundo de la lucha libre – pero se integran de forma natural en la trama, generando momentos de genuino entretenimiento. La película evita caer en clichés del género, mostrando al protagonista evolucionando no solo como luchador, sino también como persona. La incorporación del tema de la relación con la ex-mujer, Callie, aunque un poco simplificada, añade una capa emocional a la historia, y la representación de la paternidad, aunque breve, es impactante. La película subraya, implícitamente, las complicaciones de equilibrar la vida profesional con las responsabilidades familiares y las expectativas de los hombres.

Kasdan logra mantener la película visualmente interesante, utilizando el montaje y la banda sonora para intensificar las escenas de acción y las secuencias cómicas. Sin embargo, el diseño de producción y los efectos especiales son bastante modestos y no pretenden impresionar. El humor, en general, es accesible, pero no siempre original. No obstante, la película no se busca ser un hito del cine, sino un entretenimiento ligero y disfrutable. El punto fuerte reside en la interpretación de Hart y en la dinámica entre Joe y Chuck, que culmina en un enfrentamiento final inesperado y satisfactorio.

Nota: 7/10