Un pas în urma serafimilor (2017)

“Un Pas en Urmă Seraphimilor” (Una Pasión Tras los Serafines) no es solo una película; es una radiografía de una transición dolorosa, un retrato incómodo de la ambición desmesurada y una reflexión sobre la moral en tiempos de crisis. La película, dirigida por Cristian Mungiu, nos transporta a las profundidades de un seminario rumano en la Rumanía de los 90, un país aún fragilizado tras la caída del comunismo. La película, con un realismo brutal y una atmósfera opresiva, no ofrece concesiones ni soluciones fáciles, lo que la convierte en una experiencia cinematográfica profundamente perturbadora pero, a la vez, ineludible.

La película se centra en Gabriel, un joven seminarista que se ve atrapado en una red de manipulación y corrupción impulsada por el Padre Ivan, un sacerdote carismático y despiadado. La dirección de Mungiu es magistral en su capacidad para construir tensión a través de la sutileza, utilizando el silencio y las miradas para transmitir las intrincadas dinámicas de poder. El uso de la cámara a menudo documental, casi como si fuera un observador invisible, refuerza esta sensación de desconfianza y crea una conexión inmediata con los personajes. No hay explicaciones detalladas, la acción se revela gradualmente, lo que obliga al espectador a participar activamente en la construcción de la narrativa.

Las actuaciones son excepcionales. Andrei Serban, como el Padre Ivan, ofrece una interpretación escalofriamente convincente. Su personaje es un individuo complejo, capaz de una gran compasión junto con una crueldad implacable. Es un ejemplo de cómo el poder corrompe, pero también de cómo puede ser manipulado por la esperanza y la desesperación. Ioan Tigană, como Gabriel, transmite con maestría la angustia y la vulnerabilidad del protagonista, su lucha interna para mantener su integridad moral en un entorno tóxico. El resto del elenco secundario complementa a la perfección, contribuyendo a la verosimilitud y la autenticidad del drama.

El guion es, sin duda, el corazón de la película. Mungiu evita simplismos y clichés, presentando un argumento que se desarrolla con un ritmo pausado pero implacable. La película no se centra en la acción espectacular, sino en los pequeños detalles, en las conversaciones furtivas, en los gestos insinceros, que revelan la verdadera naturaleza de los personajes y la profundidad de la corrupción que acecha en el seminario. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que plantea preguntas incómodas sobre la fe, la moralidad y el costo de la ambición. La ambientación en la Rumanía de los 90 no es simplemente un telón de fondo; es una parte integral de la historia, reflejando la confusión y la incertidumbre de la época y la fragilidad de las instituciones.

Finalmente, "Un Pas en Urmă Seraphimilor" es una obra maestra del cine contemporáneo, un ejemplo de cómo el cine puede ser a la vez inquietante y profundamente conmovedora. Es una película que permanecerá en la memoria del espectador, invitándole a reflexionar sobre la naturaleza humana y los límites de la fe.

Nota: 9/10