Un paseo por las nubes (1995)

“Un paseo por las nubes” es, en esencia, una película de deseo y redescubrimiento, pero la ejecución, aunque visualmente atractiva, no alcanza la profundidad emocional que promete su premisa. La historia, basada en la novela de William Johnstone, nos presenta a Jack (Keanu Reeves), un veterano de la Segunda Guerra Mundial que regresa a casa marcado por la experiencia y un profundo desconcierto. Su encuentro con Lily (Aitana Sánchez-Gijón), hija del dueño del viñedo, y su posterior aceptación para actuar como su marido, es el catalizador de una aventura cargada de sensualidad y peligro, pero también de una cierta torpeza narrativa.

La dirección de Scott Reynolds se inclina por un estilo visual elegante y melancólico. Las tomas panorámicas del viñedo, la luz dorada del atardecer y la fotografía en general crean una atmósfera envolvente, casi onírica, que se alinea perfectamente con la sensualidad de la historia. Sin embargo, la dirección, a veces, prioriza la estética a costa de una narración más dinámica. Hay momentos en los que el ritmo se vuelve pausado, hasta el punto de sentirse ligeramente estancado, y las secuencias de acción, aunque bien coreografiadas, carecen de un impacto visceral que podría haber elevado la experiencia. La banda sonora, discreta pero efectiva, complementa la atmósfera, contribuyendo a la sensación de un viaje introspectivo.

El reparto cumple con las expectativas. Keanu Reeves, a pesar de su caracterización a veces robótica, logra transmitir la desorientación y la necesidad de conexión de su personaje. Aitana Sánchez-Gijón, por su parte, ofrece una interpretación cautivadora de Lily: una mujer fuerte, independiente y atormentada por la manipulación de su padre. Sus interacciones con Reeves son, sin duda, el corazón de la película, y su química se siente genuina, aunque no siempre logre superar la barrera de la teatralidad. El antagonista, interpretado por Michael Lerner, resulta menos desarrollado que podría haber sido, lo que disminuye el impacto del conflicto familiar en la trama.

El guion, adaptado de la novela, es quizás el aspecto más débil de la película. La historia, aunque bien concebida en su premisa, se construye con cierta rapidez y recurre a clichés del género western romántico. Las motivaciones de algunos personajes, especialmente las del padre de Lily, carecen de profundidad y se reducen a meras caricaturas. Además, la trama se complica con elementos exagerados que, en lugar de enriquecer la historia, la hacen menos creíble. Se podría haber explorado más la carga emocional del protagonista, el trauma de la guerra y el esfuerzo que requiere reconstruir una vida tras la devastación, lo que habría añadido una capa de complejidad a la relación entre Jack y Lily. La película, en definitiva, se queda en la superficie, ofreciendo un entretenimiento visualmente agradable pero con una narrativa superficial.

Nota: 6/10