Un paso adelante (2022)

“Un Paso Adelante” (2004) es una película que, si bien no alcanza la grandilocuencia de un drama épico, se erige como una meditación sutil y, a veces, conmovedora sobre la identidad, la vulnerabilidad y la necesidad imperiosa de reinvención personal. La película, dirigida con maestría por Gilles Delelo, consigue crear una atmósfera melancólica que envuelve al espectador desde el primer minuto, tejiendo una narrativa visualmente rica y llena de simbolismo.

El punto de partida, la abrupta pérdida de la danza de Élise (Charlotte Gainsbourg), es un golpe devastador, no solo por el talento perdido, sino por la identidad que representaba esa actividad. Delelo utiliza la danza como metáfora de la vida: un movimiento preciso, una disciplina rigurosa y una búsqueda constante de la perfección. La lesión es la fractura que obliga a Élise a cuestionar quién es sin esa pieza fundamental. La película evita caer en clichés melodramáticos, mostrando la angustia y el pánico iniciales, pero también la eventual aceptación y el despertar de una nueva sensibilidad. La fotografía, a cargo de Benoit Chazelle, es exquisita, con una paleta de colores suave y una iluminación que resalta la belleza en la fragilidad, especialmente en los primeros planos de Charlotte Gainsbourg, que transmite una honestidad emocional palpablemente sincera.

La película no se limita a contar una historia de superación, sino que explora la complejidad de la red de relaciones que rodean a Élise. La presencia de su padre (Olivier Martinez), un ex bailarín atormentado por sus propios fracasos, y de su joven tutora, Sarah (Maha Nasr), aporta dimensiones vitales a la narrativa. El guion, escrito por Pierre Gagnaire y Gilles Delelo, se aleja de los artificios del melodrama y se centra en la psicología de los personajes. Las interacciones entre ellos son sutiles, a menudo sin diálogos explícitos, pero cargadas de significado emocional. La relación entre Élise y su padre es particularmente cautivante: un duelo silencioso entre dos hombres que se han perdido a sí mismos. No obstante, la película no ofrece soluciones fáciles ni un final convencional. La reconstrucción de Élise es un proceso continuo, un camino sin destino, una aceptación de la imperfección y de la necesidad de reinventarse constantemente.

Charlotte Gainsbourg ofrece una actuación impresionante, logrando transmitir la vulnerabilidad, la confusión y la creciente fortaleza del personaje. Su mirada, a menudo perdida en el vacío, es profundamente conmovedora. Olivier Martinez, por su parte, aporta una elegancia melancólica al papel del padre, y Maha Nasr, en su breve pero impactante aparición, encarna la vitalidad y la promesa de un futuro. “Un Paso Adelante” no es una película fácil de ver, pero su honestidad, su belleza visual y su reflexión sobre la condición humana la convierten en una experiencia cinematográfica memorable, que te invita a contemplar tu propio camino.

Nota: 7/10